Llevaba razón ayer nuestro bloguero José Luis Jiménez al referirse en un comentario de mis "Visiones de Isla Cristina" a su nombradía antigua de La Higuerita. Yo le contesté, equivocadamente, que La Higuerita era la actual Matalascañas. La edad no perdona, y cuanto más lee uno más confunde y mezcla las cosas.
Con este nombre, efectivamente, se denominaba en la antigüedad a Isla Cristina, y así lo recoge en la historia de la Villa don José Sosa Rodríguez en el libro "Historia de Isla Cristina" (Biografía sentimental):
"La concesión del escudo heráldico de Isla Cristina fue reconocida a través de Decreto aparecido en el Boletín Oficial del Estado de fecha 28 de octubre de 1969 y número 258, que literalmente señala: DECRETO 2503/1969 de dos de octubre, por el que se autoriza al Ayuntamiento de Isla Cristina, de la provincia de Huelva, para rehabilitar su Escudo Heráldico Municipal.- "El Ayuntamiento de Isla Cristina, de la provincia de Huelva, ha estimado conveniente proceder a la rehabilitación del escudo de armas que viene utilizando como propio del municipio desde tiempo inmemorial y en el que se encuentran simbolizados conforme a las normas de la heráldica, los hechos más importantes de la localidad. A tal efecto y de acuerdo con las facultades que le confieren las disposiciones legales vigentes, elevó para su definitiva aprobación el correspondiente diseño y memoria descriptiva.- Tramitado el expediente en forma reglamentaria, la Real Academia de la Historia ha emitido su preceptivo dictamen en sentido favorable a lo solicitado. -En su virtud, a propuesta del Ministerio de la Gobernación y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día veintiséis de septiembre de mil novecientos sesenta y nueve.- DISPONGO: Artículo único. Se autoriza al Ayuntamiento de Isla Cristina, de la provincia de Huelva, para rehabilitar su escudo heráldico municipal, que quedará ordenado en la forma siguiente, de acuerdo con el dictamen de la Real Academia de la Historia: De plata, el pozo de azur, siniestrado de árbol de higuera, de sínople: campaña de azur con tres fanjas ondeadas de plata, cargada de dos embarcaciones veleras. Al timbre, corona real.- Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid, a dos de octubre de mil novecientos sesenta y nueve.- FRANCISCO FRANCO.- El Ministro de la Gobernación.- CAMILO ALONSO VEGA."
Con este nuevo logro oficial, ha quedado definitivamente cumplido el propósito del historiador local, Padre Mirabent Soler, de que se crease un escudo de armas "para que fuese en cifra una historia constante que comprendiese el motivo del primer nombre que se le impuso a la isla con el que ahora se le imponía y fuese una memoria para los venideros".
Pues eso, que al César lo que es del César, y a nuestro amigo, hermano y bloguero José Luis Jiménez Buzón lo que le pertenece por conocimiento y sabiduría.
Con este nombre, efectivamente, se denominaba en la antigüedad a Isla Cristina, y así lo recoge en la historia de la Villa don José Sosa Rodríguez en el libro "Historia de Isla Cristina" (Biografía sentimental):
"La concesión del escudo heráldico de Isla Cristina fue reconocida a través de Decreto aparecido en el Boletín Oficial del Estado de fecha 28 de octubre de 1969 y número 258, que literalmente señala: DECRETO 2503/1969 de dos de octubre, por el que se autoriza al Ayuntamiento de Isla Cristina, de la provincia de Huelva, para rehabilitar su Escudo Heráldico Municipal.- "El Ayuntamiento de Isla Cristina, de la provincia de Huelva, ha estimado conveniente proceder a la rehabilitación del escudo de armas que viene utilizando como propio del municipio desde tiempo inmemorial y en el que se encuentran simbolizados conforme a las normas de la heráldica, los hechos más importantes de la localidad. A tal efecto y de acuerdo con las facultades que le confieren las disposiciones legales vigentes, elevó para su definitiva aprobación el correspondiente diseño y memoria descriptiva.- Tramitado el expediente en forma reglamentaria, la Real Academia de la Historia ha emitido su preceptivo dictamen en sentido favorable a lo solicitado. -En su virtud, a propuesta del Ministerio de la Gobernación y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día veintiséis de septiembre de mil novecientos sesenta y nueve.- DISPONGO: Artículo único. Se autoriza al Ayuntamiento de Isla Cristina, de la provincia de Huelva, para rehabilitar su escudo heráldico municipal, que quedará ordenado en la forma siguiente, de acuerdo con el dictamen de la Real Academia de la Historia: De plata, el pozo de azur, siniestrado de árbol de higuera, de sínople: campaña de azur con tres fanjas ondeadas de plata, cargada de dos embarcaciones veleras. Al timbre, corona real.- Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid, a dos de octubre de mil novecientos sesenta y nueve.- FRANCISCO FRANCO.- El Ministro de la Gobernación.- CAMILO ALONSO VEGA."
Con este nuevo logro oficial, ha quedado definitivamente cumplido el propósito del historiador local, Padre Mirabent Soler, de que se crease un escudo de armas "para que fuese en cifra una historia constante que comprendiese el motivo del primer nombre que se le impuso a la isla con el que ahora se le imponía y fuese una memoria para los venideros".
Pues eso, que al César lo que es del César, y a nuestro amigo, hermano y bloguero José Luis Jiménez Buzón lo que le pertenece por conocimiento y sabiduría.
Gracias por la aclaración tan documentada, Emilio. Me gustaría añadir que hay una revista, editada en Isla Cristina, que se llama La Higuerita; hay una versión digital que se puede ver fácilmente. Blas Infante, que estuvo algunos años en Isla Cristina ejeciendo de notario, se refería también a la ciudad como La Higuerita.
ResponderEliminarMe he hecho algunas fotos ante la estatua donde él está sentado en el paseo, y he fotografiado muchas veces la casa en la que vivió, muy cerca de la Lonja. Conozco la revista. Lo mío fue un lapsus. ¿Se llama así?
ResponderEliminarUn poquito tarde llego, pero es simplemente para decir que como mi padre no tenía vacaciones, eramos a finales de los sesenta los típicos domingueros y, además tardones (mi padre se llevaba toda la semana conduciendo,
ResponderEliminarpero a pesar de eso nos llevaba a la playa el domingo, aunque no se despertaba temprano, no)con lo que no era raro que dejáramos el coche en un arenal. La vuelta, siempre con la piel quemada, comenzaba con empujones y la preparación de plataformas bajo las ruedas para poder salir. Bueno, me dejo de recuerdos, el caso es que mi familia también llamába La higuerita a Matalascañas.
Yo siempre he conocido a Matalascañas como La Higuerita, pero se ve que ese nombre lo tenía desde antiguo Isla Cristina.
ResponderEliminar