sábado, 3 de marzo de 2018

DESDE MI TORRE: ¡VAYA LÍO, VAYA LÍO, LA QUE ESTÁ LIANDO EL TÍO!


¡Vaya empanada mental que tiene Puigdemont! Creo que el coco lo tiene lleno de cubos de rubik que no sabe solucionar. Los suyos le hicieron la cama del peloteo mientras puso norte a Bruselas, y Junqueras se tiene que hacer la cama en la prisión de Estremera, que parece un hotel de cinco estrellas, pero la cama te la tienes que hacer tú, faltaría más, como le dijeron los funcionarios.

En estos momentos, me gustaría ser psiquiatra para intentar desentrañar qué pasa por la cabeza de este pobre hombre. Sí, pobre aunque abunde en la riqueza e ignoremos quiénes le ayudan a llevar su tren de vida, ciertamente cara. Los políticos, sean del Partido que sean, no tienen problemas para llegar a fin de mes. La pobreza a la que me refiero es la mental. Y nadie le dice que está como una chota, que pierde los papeles, que quiere convertir lo imposible en el nuevo maná de Cataluña, que se equivoca más que un bizco en un cruce, que una anciana haciendo crochet y que un ciego en un bingo.

Pero ahí va el hombre. Cada vez que habla sube el pan. No tiene ni idea de qué quiere hacer: si ser él el Presidente en el exilio, si dejar su cargo en manos de quien no puede serlo por estar en la cárcel, si darle el poder a la muñeca "Chochona". ¡Vaya empanada, ni las gallegas!


Yo creo que no se ríe por su prepotencia, sino porque está triste de verdad. Está hundido -como en el antiguo juego de los barcos-, totalmente acabado. El palo que está soportando es gordo, demasiado gordo para el que quiso presidir un gobierno independentista que él ya sabía imposible de antemano. Aguanta como puede, pero jamás podrá ganarle el pulso al Gobierno, que, entre otras cosas, nada, para qué engañarnos, está para impedir estos desmanes nacionalistas.

Cataluña siempre ha sido y será española, por muchas voces disidentes que quieran y voceen lo contrario. Ahora bien, ni el Gobierno español ha propiciado un acercamiento político ni la Generalidad catalana ha puesto fácil el asunto. Pero está claro que uno es David y otro Goliat y que, en esta ocasión, David está en indefensión a pesar de su milagrosa honda. El filisteo Goliat tiene el arma del 155: los únicos cojones que ha puesto encima de la mesa durante toda la quebrada legislatura.

Pero el tal Puigdemont la está liando parda día por día. Hoy digo Diego, mañana digo, y pasado dije. Lo dicho: una empanada de lujo. En los sanatorios mentales están recluidos enfermos con mayor claridad mental que la de este nuevo Napoleón que no se da cuenta, como dijo "El Guerra", el famoso torero cordobés, que "Lo que no pué ser, no pué ser, y además es imposible". Lo malo es que quiere liar a toda España y a toda Europa. Ignoro lo que pensarán de él en Bruselas, a la que, en tema diplomático, le ha caído un marrón de padre y muy señor mío. ¡Vaya lío, vaya lío, la que está liando el tío!


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