Fue la enfermedad de moda cuando a causa de ella falleció, allá por 1598, en el palacio horrendo que se construyó: San Lorenzo del Escorial, nuestro rey Felipe II, al que llamaron "El Prudente", aunque mucha prudencia parece que no tuvo en el condumio diario de carnes rojas y mariscos. Desde entonces -tal vez se desconocía anteriormente, o no se la conocía por este nombre- la GOTA se puso de moda: era una enfermedad de ricos y potentados, que siempre se asoció, hasta nuestros días, con este hombre.
Cada dos por tres, los médicos y nutricionistas nos acojonan sobre los efectos adversos en nuestros organismos de la ingesta de algunos alimentos. Hasta hace pocos años, el aceite de oliva era malo. Varios años después, es excelente y es el principal locomotor de nuestro sistema vital. El jamón-jamón también era malo por su exceso de grasa. Lo mejor: las verduras, aunque estén llenas de pesticidas, abonos no degradables y herbicidas de dudosa tolerancia para el cuerpo humano. Total: que para comer algo que no nos pueda perjudicar gravemente, lo mejor es no comer.
Esa es la gran suerte, frente a los ricos y poderosos, que tenemos los pobres y pensionistas: que de la célebre gota de Felipe II nada de nada. Lo nuestro son las papas en amarillo con laurel y, si acaso, con un huevecito cuajado, y con mucho ajo, que nos viene sensacional para las cosas esas del corazón y para que los riñones funciones como deben. Los médicos no se aclaran. ¿No obedecerán a triquiñuelas de esos empresarios que quieren imponer sus sistemas de vida?
Yo hago mi vida de siempre, y es porque creo que cada uno tenemos nuestra fecha de caducidad grabada en el coco. Si tomamos en cuenta esta enfermedades de hoy, como el cáncer, o las de mañana, como la gota, dejamos de vivir, así de sencillo. He conocido a grandes amigos que han muerto de cirrosis cuando no habían tomado nunca una copa; a otros con cáncer de pulmón sin haber fumado un cigarro; a mi propia hermana Pepi, a los tres años y medio de edad, de un sarcoma en la rodilla; a amigos atletas que murieron bajo la rueda de un coche haciendo deporte. Todos tenemos que morirnos algún día, y por eso todos tenemos el derecho, y hasta la obligación, de vivir nuestra vida como nos parezca.
Que no metan miedo nunca, por favor. Nos dicen que la nueva plaga que nos viene es la GOTA. Pues muy bien, que venga, que aquí estamos, aunque esta GOTA gorda donde debe caer es en los pantanos. Porque si no llueve como debe sí que podemos tener un grave problema para la salud. Y no sólo de pan vive el hombre.
Compadre, que me ha entrado una duda con esto de la gota: ¿una copita de manzanilla con unas cañaillas a mediodía no será contraproducente? JIMENEZJB
ResponderEliminarQué va, compadre. Y si te la tomas en el "Cara Cartón" mejor que mejor. Unas copas de manzanilla -no una sólo-, y una docena de cañaillas de la Isla vienen del diez para el organismo, aunque vengan algunos de estos agoreros a decirte que te puedes morir.
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