He pasado mucho tiempo sin entrar en este blog diario que tanta felicidad me ha dejado durante cuatro años. Lo abandoné por una mosca cojonera que me enseñó - por medio de muchos mensajes llenos de rencor, envidias y amenazas- que posiblemente yo estaba equivocado en mis comentarios de paz, en mi historiografía de la vida, tan cuajada de humor..., y amor. Este amigo, pasado al enemigo, me debilitó en lo más íntimo: en mi buena voluntad, en mis principios de no querer hacer daño a nadie con mis sinceras opiniones, aunque muchas de ellas no puedan compartirse.
A pesar de esta mosca - espero que quitada de mi vida por el "Orión" de la dialéctica-, quiero volver a mis cielos, al campanario de mi torre de nacencia, a la vida de estas páginas en blanco que siempre he rellenado entregando mi alma, cobrando, sólo a cambio, el favor de un comentario amoroso o corrosivo.
Dicho esto -que era primordial para este nuevo inicio-, me fijo en la actualidad de cada día. Y nadie más presente en todas las revistas, llamadas del corazón, que nuestra "reina-plebeya", -como dice Peñafiel- de doña LetiZia. No sé -y espero que alguien me lo explique algún día- por qué con Z y no con la C habitual y lógica de nuestro nomenclátor santero. Evidentemente, y tal como se puede comprobar en el registro civil, yo me podría haber puesto el nombre de Emilio's, como hacen todos los peluqueros/as, y apellidarme de Jiménez y Díaz, de Tenor y García, de Urbano y Alonso y de León y Pineda. Una chorrada..., como la que Leticia hizo con esa Z anormal cuando empezó a flirtear con nuestro nuevo rey. ¡Cosas..., pero cosas muy tontas!
Yo no soy enfáticamente monárquico, pero respeto a la monarquía porque así lo estimó el pueblo. Aunque, en verdad, respeto más a Felipe VI -nombre que aún no me suena mucho-, que a Pablo Iglesias, que no es el antiguo ferrolano fundador del PSOE, sino un señor -se deje la coleta o no- que quiere intentar llegar al Poder para hacer lo que todos los demás: ¡forrarse!
Mientras Felipe VI -y vuelvo a repetir que no soy monárquico convencido-, me da la sensación que es buen rey y representa a la corona de España con mucha dignidad, creo que LetiZia no da la talla del reinado. Él ofrece discursos difíciles en foros más difíciles aún, se rasga la piel concursal en una Cataluña incoherente, va a los Estados Unidos, brujulea con su equipo y busca -sin los acostumbrados y grandes tintos que se tomaba su amado padre, la paz de España, la unión entre comunidades y el bien común.
Ella, la reina consorte, a la que he seguido mucho de cerca a través de los medios de comunicación y las revistas semanales, no es reina, no hace nada para que su país mejore. LetiZia es una modelo que sale habitualmente en "El Pronto", en "Lecturas", en "Semana", en "Hola" y en todas las publicaciones llamadas del corazón, ataviada de modelos de tal y cual, con peinados de fulano y de mengano, con maquillajes de perengano... Me encantaría menos titulares de moda y más de verdadera solidaridad para el Estado al que representa. Debe mirarse un poco en el espejo de su suegra.
LetiZicia -mejor sin esa Z que quiere ser rimbombante- debe empezar a trabajar en favor de una sociedad que está pasando mucha hambre (más que en el 36), que suele zurcirse la ropa a diario y la de sus hijos (como en el 39), que está desahuciada de sus casas, que se pregunta cada día si es verdad que Dios es una realidad.
Doña LetiZcia, no reina. Es él, Felipe, el que tiene la corona -aunque a muchos no guste-. Pero da el callo, se lo trabaja, se lo curra. Ella no me gusta: distraída en el Poder y demasiado anoréxica para las pasarelas.
Mientras ella, doña LetiZia se retrata con la moda al día, muchos de sus súbditos -¿es reina?-, miles de los que la alimentan y la visten no tienen qué comer, lo pasan mal, se les quitan -roban- sus viviendas, los abandonan a su suerte, perecen, literalmente, en pleno siglo XXI, y sin decir siquiera que lo que está ocurriendo es una vergüenza. Espero que LetiZia -pido humildemente desde aquí-, se baje de las pasarelas y se meta en las calles de su país, en sus suburbios y arrabales, en sus lejíos, en sus barriadas marginales, en sus grandes problemas. Una locutora mona del telediario que, por no sabe qué destinos llega a ser reina de España, tiene que ejercer de verdad, con tesón, preocupante y preocupada de los problemas del país, al menos para seguir el hilo de su antigua profesión.
No me valen sus modelos, sus ropajes, sus peinados y maquillajes, sus piernas delgadas vestidas con lo más último de firmas nacionales o internacionales, que es lo que aparece cada día en los medios. Quiero una reina que sepa reinar, que nos acompañe en la esperanza y la derrota, que viva y sienta con nosotros, que no sólo reine en el papel couché, en el que bien puede -"reina del pueblo"- ganarle Belén Estéban.
En primer lugar, me alegra tanto como me tranquiliza el que te vuelvas asomar a tu ventana y nos obsequies con tus aportaciones. Era ya mucho tiempo y, francamente, muchos de tus seguidores, entre los que está una menda, te echábamos de menos.
ResponderEliminarPara mí siempre fue un honor y orgullo ser amiga tuya, admiro y valoro tus entradas, así como tu trayectoría cultural, por lo que te pido que sigas a partir de ahora.
Bueno, mi abuela decía la pobrecilla, que si uno/a quiere buscarle tres pies al gato, hasta cuando digamos tan sólo los buenos días, se nos pueden presumir "taimadas intenciones" al saludo, jeeeeeeee...¡Qué cosas!
Enga, ya estoy espectante con lo próximo que nos traigas y que sea prontito...
Un abrazo.
Mari Carmen.
¿Quién no ha tenido una mosca cojonera en la vida? Pues yo no iba a ser menos, jeeeeeeeeee...A eso me refería en buscar tres pies al gato anteriormente...
EliminarAbracetes.
Querido Emilio: Esa Torre hace bien en lucir de nuevo en el horizonte de Internet. Da igual si el viento corre a favor o corre en contra. Estoy segura de que tú, buen marinero, sabrás vadear los ríos y atravesar los océanos. A la espera quedo de tus artículos, controversias incluidas. Que no es preciso pensar igual, sino sentir que nos queremos.
ResponderEliminarQuerido amigo Emilio: Me alegro muchísimo de tu regreso a esta Torre cobalto y celebro ese paso adelante para que podamos compartir tus reflexiones y que olvides esos momentos que también yo sufrí. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a las dos.
ResponderEliminarGracias, Manuel. Espero que subamos muchas veces las escalinatas de la más bella torre de Triana.
ResponderEliminar¡Qué alegría subir de nuevo a esta torre! Hemos estado añorando esas entradas tan intensivas, como ésta sobre la reina de corazones. Espero que sigas en tu linea habitual, y que ignores las moscas, que sólo tienen la importancia que nosotros les damos. Un abrazo, fuerte y cordial.
ResponderEliminarGracias, José Luis, tú chanelas y naqueras de esto. Bueno: pues a subir cada día.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Querido amigo Emilio, me alegro de tu regreso a las ondas wifi. Espero que los amigos cordobeses no se ofendan por lo de "Alemania del sur" (es broma). Seguiré el blog con mucho interés. Un abrazo
ResponderEliminarPor supuesto lo primero es lo primero, me alegra infinito verte de nuevo por estos lares.
ResponderEliminarPreguntas, no digo que sin razón, que si Letizia o Leticia es reina. Pues sí, consorte pero reina. Y por cierto una reina que desde que era Princesa de Asturias no se le ha pasado ni una. Ha sido y es constantemente atacada. A veces con razón, otras muchas sin ella. En general son las revistas quienes se ocupan de su "look" y no sé si sería aceptable que se intentara evitar, ¿es ese el objetivo de la Reina? No creo, es más bien una consecuencia de la veda levantada. Aparte de que esos comentarios sobre quien la viste benefician a un sector económico importante como es el de la moda, creo que sinceramente nadie quiere ofrecer otra imagen de ella. He oído intervenciones muy inteligentes de su parte en foros periodísticos o incluso benéficos de los que nadie quuere hablar. No sé pero creo que no se está siendo justo ni objetivo en el tratamiento que le dan los medios.
En cuanto a Felipe VI te doy toda la razón y no sin cierta sorpresa. Tenía mis dudas con respecto a él, especialmente después de la figura de su padre, que si hubiera abdicado diez años antes hubiera sido uno de los mejores reys de la historia de España. A Felipe le tocaba recuperar la imagen asentada de la corona y ponerse a la altura de las circunstancias duras que está viviendo el país. Creo que está cumpliendo con un fino pulso y una dignidad más que encomiables. Quizás me propase pero creo que tiene más de Hannover materno que de Borbón paterno.
Me extiendo mucho pero te voy a contar que cuando se anunció la boda yo estaba dando clases de arte a un grupo de señoras de sesenta y pico para arriba y se pusieron furiosas. ¿había un motivo objetivo dado que apenas se sabía nada de ella? pues no pero.... De eso se aprovechan los medios para ningunear algún otro aspecto de sus actividades.
En cualquier caso me encanta tenerte de nuevo por aquí.
Querido amigo: Me quito el sombrero por tu defensa de Letizia, pero creo que hay cosas como el del papel en la moda que son evitables. Ya sabes la célebre frase de..."La mujer del César...."
ResponderEliminarPor lo demás, te doy la razón en todo. Me parece que el rey está demostrando una talla envidiable, aunque, como bien me defino, yo no sea un ferviente monárquico. Espero que él me convenza del todo.
Un abrazo.