Es uno de los libros al que más cariño le tengo de mi biblioteca sobre temas sevillanos, no solamente por el gran trabajo planimétrico y literario de su autor, el inolvidable arquitecto Aníbal González, mago de la Exposición Iberoamericana de 1929, sino porque en él se condensan, de una forma muy especial, todos los conceptos constructivos y estéticos de esa torre singular, rosa que no piedra -como siempre me gusta llamarle-, la banderilla más alta y hermosa clavada en la piel de la Ciudad. El volumen es fruto de una conferencia que ofreció el citado arquitecto y cuyo valioso texto tuvimos ocasión de tener en nuestras manos gracias al Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla, con prólogo que puso José Guerrero Lobillo, Catedrático de Historia del Arte de la Universidad hispalense. En el libro se dan todos los datos históricos de los que se tiene memoria, se da un descripción general de la torre, de su estructura y de su construcción, de su ornamentación exterior, y se compara su efigie con La Kutubía y la Torre Hassan, con un inefable epílogo sobre el campanario cristiano del cordobés Hernán Ruiz. Es una publicación para bebérsela una y mil veces, para que jamás -aunque sería imposible- se nos borre la imagen de esta torre, símbolo de Sevilla, cantada por casi todos los poetas del mundo, y que siempre dejase fijada Fernando Villalón: "Giralda, madre de artistas,/ molde de fundir toreros..."
Autor: Aníbal González
Edita: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla
Ciudad: Sevilla-1973
Páginas: 28 más planos
Depósito Legal: SE-426-1973
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