Desoyendo los consejos de un "rumberólogo" de pro, que me condena de por vida a que sólo escriba de Flamenco, que, al parecer, es de lo único que sé algo -que tampoco mucho, según él-, voy de nuevo a dar mis opiniones sobre cosas generales que a todos nos preocupan, y de las que todos podemos y debemos hablar si es que vivimos verdaderamente en una Democracia. Pues, eso.
Estos días, la noria de la vida ha traído muchas cosas, y no todas ellas demasiado agradables. Parece que no está el mundo de hoy para hacernos felices, sino que todos los elementos se conforman y alían para convertirnos en más desgraciados e infelices a cada segundo de nuestro reloj vital. Sólo un clima de esperanza se ha levantado con la toma de posesión de Susana Díaz, mi paisana trianera, y la primera mujer que llega a ser quien ostenta la Presidencia de la Junta de Andalucía. Pero si bien es verdad que deben ser amables las bienvenidas y bautizos de cargos, no es lo es menos que Susana ya se tiene que quitar el traje de cristianar, hablar menos y hacer algo. Ha prometido muchas cosas. Pues, ea, debe empezar con la labor lo antes posible y acabar con la corrupción que terminó con Griñán -escondido en Senador-, y también con Chaves, para que mentirnos.
Lo demás de lo mucho, es triste, muy triste: el caso de la niña Asunta Basterra; el fortuito accidente, con muerte, de una niña de cinco años en la localidad sevillana de Gines; la sentencia, más que blandita del "Caso Malaya" -puro cachondeo-; el terrorífico suceso de la isla italiana de Lampedusa; la visita -a sesenta kilómetros prudentes de distancia- de nuestro presidente Rajoy a Fukusima, de la que dijo que no pasa nada, nada de nada, como Fraga cuando lo de Palomares; el tema del indigente polaco al que da el alta el Hospital "Virgen del Rocío" de Sevilla para que lo recojan los agentes sociales y que, irremisiblemente, muere a las pocas horas; la gravación de los medicamentos de las enfermedades terminales...
Todo muy bien, todo al estilo de un mundo que tiene secas sus raíces. El mundo sigue girando, como cantaba Jimmy Fontana por el año 1965, pero tiene tocada alguna trócola que no deja que esta esfera ande bien desde que se empezó a hablar de la más que nefasta globalización, de la que tanto he escrito en estas páginas. Cuatro grupos internacionales se quedan con todo lo que produce el mundo, marcan los precios, no sólo de los productos, sino de los de la mano de obra. Ellos son los dueños, y nosotros sus esclavos. ¿Es, o no es así? Me gustaría que alguien me demostrase lo contrario. No son buenos tiempos para la lírica cuando los propios músicos salen a la calle dando conciertos protestando contra el desabandono del Ministerio pertinente, cuando los poetas del Cosmo se mueren de hambre; cuando los que tienen que decir algo se encuentran en total soledad frente a los que gozan la vida de otra manera. Hay muchos que dejan la vida ante el asilo de un televisor que distrae sus penas diarias. ¿Bien, o mal? Que cada uno le dé a la vida su propio afán.
¿De verdad es que hay alguien con seso que gobierna este mundo, que tiene alma en el cuerpo? Es muy probable que a mucha gente les resbale estas macabras imágenes porque creen que nunca saldrán en ella. El tema de Lampedusa quedará fijado con letras negras en la larga historia del hombre, como el genocidio nazi, como la incivil guerra española, como la masacre sistemática de África, como Siria, sobre la que ya se ha tumbado el sesteante silencio de todos los países del mundo, ese que "gira, gira y gira..."
¿Tiene nombre la sentencia del llamado "Caso Malaya"? Si en España robas, no pasa nada. Sólo depende de quiénes sean los ladrones y de la cuantía del robo? Si eres tonto y le quitas un bolso a una vieja, como mínimo te caen seis años. Si eres listo y vacías las arcas de los ayuntamientos, diputaciones, partidos y sindicatos, y haces comercio con agentes de manos machadas -que de todo hay en esta viña del Señor-, pues nada de nada, tío, así de fácil. Miren qué cantidad de -presuntos- ladrones hay en esta fotografía. Y todos han salido dándose abrazos y casi besando al juez por haber ejercido el derecho de la "Caridad".
Son aguas turbias las que corren este año en el mundo, y muy especialmente en España. La burbuja feliz es que Susana Díaz se está estirando, al menos en su lengua. Sólo hace falta que pase de las palabras a los hechos. Si dice que va a acabar con la corrupción, jamás va a tener mejor oportunidad. Si está en contra de los nacionalismos estúpidos, que siempre mantenga su palabra, Si se opone al gobierno central en contra de los pagos de medicamentos de largas enfermedades, debe mantener el tipo. Los bautizos siempre son celebrados con grandes fiestas. Y ahora es la gran fiesta de Susana. Lo malo es que en todas las familias cae muy mal la varicela, el sarampión y la posible meningitis.
De lo de Asunta Barrera ni hablo. Dejemos que hable la conciencia de sus padres, la investigación policial y la palabra de los jueces. Pero la sociedad ya está terriblemente harta de casos como el del cordobés Bretón y el de esta niña, y de la sempiterna búsqueda de Marta del Castillo. España no está teniendo buen año, y Santiago de Compostela, a pesar de la mano de su Patrón -se observa que Santiago está bajo de forma- se ha escapado este año de su protección . ¡Lástima!
Pues... gracias por desoir los consejos del rumberólogo; máxime cuando el que esto escribe no es muy aficionado al flamenco (como diría el personaje Juncal, respecto a quien manifestaba no gustarle los toros: nadie es perfecto) y así seguir DISFRUTANDO de su opinión.
ResponderEliminarY... por cierto, el artículo sobre Barcelona, aparece y desaparece ¿? A mí me gustó.
Saludos
Gracias a usted por su ánimo y lectura. La página de Barcelona saldrá de nuevo publicada -con los comentarios- en el momento en que me deje en paz quien ha logrado alterar durante varios días mi vida cotidiana.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Emilio a mí me tiene breado sólo porque dice te tengo que dejar de leer y si no me pone cara de Emilio. Todos los dias me da la matraca en mi blog de flamenco. Le he dicho me deje en paz que no le conozco ni tampoco me interesa para nada y dale que dale. Que cruz.
ResponderEliminarEmilio supongo será el mismo que me está dando la matraca por leerte.
ResponderEliminarQue cruz me ha caido.
Un saludo amigo.
Querido Manolo: Esa cruz le ha caído a todos mis amigos. No lo toméis en cuenta, hasta que se aburra.
ResponderEliminarUn cordial saludo.