UN PASEO POR EL TARDÓN (2)
Todas las calles de esta flamante barriada fueron
rotuladas el año 1955 con nombres de personas que iban desde la literatura a
los conquistadores. Creo que son pocos los que se entretienen, como yo, en preocuparse
por saber quién era el hombre de la calle que habitaban. Recuerdo que a casa
llegaban cartas con la dirección “Los Pepinillos”, bajando a categoría de
cucurbitácea al gran poeta, y periodista sevillano, nacido en 1875, José López
Pinillos, más conocido por el seudónimo habitual de “Parmeno”.
Para que Triana sea un poco más eterna, demos un
rápido listado al nomenclátor de estas calles de la popular barriada, al objeto
de que sus habitantes sepan quién le da el nombre a su calle. Es una ofensa de
que quien ha sido uno de los máximos poetas de la historia, el sevillano
universal Antonio Machado, sólo tenga por parte de su tierra una calle sin
salida en la barriada que se alzó sobre el antiguo Cortijo del Aceitero.
Así tenemos a Álvaro de Luna, conquense, valido de
Juan II y condestable de Castilla; Álvaro Peláez, por Álvaro Pelagio, franciscano
que llegó a ser obispo de la localidad portuguesa de Silves; Caballero de
Illescas, sevillano nacido el año 1599, de nombre Diego, que llegó a ser virrey
de Navarra; Gutiérrez Bravo, sacerdote sevillano que nació en 1713; Góngora,
rotulada como plaza por el poeta cordobés, Luis de Góngora y Argote (1561);
Gutiérrez de Alba, dramaturgo nacido en Alcalá de Guadaira el año 1822, llamado
José; López de Gómara, de nombre Francisco, soriano nacido en 1510 y que fue
capellán y secretario de Hernán Cortés; Lorenzo Leal, por el periodista, poeta
y novelista lebrijano que nació en 1860; Lucas Cortés, de nombre Juan, jurista
que nació en Sevilla el año 1624; Maldonado Dávila, científico sevillano del
siglo XVII; Luis Mensaque, por el
industrial trianero Luis Mensaque Arana, fundador de la Falange de Sevilla,
vilmente asesinado en la calle Rodrigo de Triana; Manuel de Lando, de nombre
Fernando, poeta sevillano del siglo XIV, introductor del trovo italiano;
Martínez de Irala, llamado Domingo, nacido en Vasconia en 1510 y conquistador
del Paraguay; Morovellí de Puebla, de nombre
Francisco, que nació en Sevilla el año 1575 y fue gran crítico de
Quevedo y defensor del Patronato de Santa Teresa de Jesús; Rubén Darío, por
Félix Rubén García Sarmiento, poeta nicaragüense, padre del Modernismo, nacido
en 1867; Torres Alarcón, por el erudito sevillano, llamado Juan; Gonzalo de
Berceo, monje benedictino y escritor de la localidad riojana que le ofreció
apellido artístico; Juan Valera, diplomático, político y escritor que nació en
la localidad cordobesa de Cabra el año 1824; Jacinto Benavente (1866),
dramaturgo madrileño, apellidado de segundo como Martínez y Premio Nobel de
Literatura en 1922, quien dio paso a una humorística anécdota por parte de la madre de Estrellita Castro cuando se lo presentaron. La madre de la cantaora y actriz le espetó: -¡Don Jacinto, yo tengo un hijo como usted! A lo que cortesmente respondió el dramaturgo: -¿Ah, es escritor, señora?, contestando rápidamente la madre de Estrellita: -¡No, es maricón! ¡Cosas...! Y sigo: Gabriel y Galán,
apellidos del poeta de la localidad salmantina de Frades de la Sierra, llamado
José María, nacido en 1870; Garcilaso de la Vega, poeta y militar toledano que
nació el año 1503; Pedro Antonio de Alarcón, nacido en la localidad granadina
de Guádix en 1833, novelista del movimiento realista; Álvar Núñez, con añadido
de Cabeza de Vaca –calle que se repite en el barrio de Nervión-, nacido en
Jerez de la Frontera en 1490, que fue gran conquistador español y Juan Díaz de
Solís (1470) navegante de Lebrija y descubridor del Río de la Plata.
No tengo espacio para detenerme en abundantes
anécdotas que propiciaron. ¡Otro día será!
(Triana Crónica. Nº 12. Enero de 2012)
Muy bueno. Recuerdo perfectamente las cartas que llegaban a casa con el nombre de la calle Los Pepinillos, jajaja.
ResponderEliminarPero llegaban, hermana, llegaban. Ahora lo único que entra en nuestros buzones, y sin equivocación alguna, son los apremios de Hacienda.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Emilio, me gusta mucho tu blog, y este artículo en concreto me ha encantado, toda la vida viviendo en Álvaro Peláez y sin saber que se llamaba Álvaro Pelagio. Desde hace un par de años investigo los orígenes de mis antepasados, he logrado llegar hasta el año 1657, fecha en la que mi octavo abuelo llegó a Sevilla procedente de Génova. Mi apellido al igual que el de Álvaro ha variado durante todos estos años, en su origen era Rabai, seguro que te suena por el maestro Rabay, sí, somos primos lejanos, mi quinto abuelo (Manuel) y el suyo (Luis) eran hermanos. Actualmente sigo tratando de avanzar en la investigación, y está complicado dado que el apellido Rabai parece que es a su vez una variante de otro apellido más antiguo, creo que el origen se encuentra en Roubaix, una población del norte de Francia, que en su día perteneció al Condado de Flandes.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog. Un saludo
Me alegra de que te guste mi blog, a la par que te felicito por el trabajo que estás haciendo, ciertamente difícil a menos que vayas de archivo a archivo buscando lo que quieres.
ResponderEliminarClaro que conocí al maestro Rabay en los bloques de la barriada del Carmen. Su hijo, que tiene que tener mi misma edad, fue compañero mío.
¡Ánimo y un saludo!