Este libro es la edición facsímil sobre la Exposición Iberoamericana de Sevilla, que se celebró entre 1929 y 1930. Tengo el original de aquel año, pero no acierto a encontrarlo, editado íntegramente en sepia y una auténtica joya de la que me serví, allá a finales de los 70, para escribir una serie de varios capítulos sobre esta celebración en el diario vespertino "NUEVA ANDALUCÍA", del que formaba parte de su redacción. En él, con plano desplegable de la Exposición y con las fotografías de todos sus pabellones, se nos hacía un canto de llamada para la visita. La edición original se imprimió en los talleres barceloneses de Oliva de Vilanova. La portada de este libro es de Santiago Martínez, aunque no consta nombre o nombres del autor o autores del precioso texto publicitario.
No dejó de ser nunca Sevilla la sede del espíritu: aún en los angustiosos momentos de la decadencia de las energías de España, despoblada para colonizar un Continente, desangrada por cien guerras, agotada por el enorme esfuerzo superior, mantuvo encendida la lámpara de su templo de arte, delante de sí misma -Minerva ideal-, como una ferviente sacerdotisa, cuyo riguroso designio inmutable fuese iluminar la vida hispánica con destellos geniales. El Romancero, tallado por el pueblo para señalar lo imperecedero de un modo indeleble, dejó expresado para siempre este concepto, que unas generaciones han transmitido a otras, sobre la altísima categoría de la ciudad inmortal: "¡Sevilla, la rica y fértil, ilustre en armas y letras. Que basta decir Sevilla, para decir sus grandezas!"
Autor: No consta
Edita: Centro Andaluz del Libro, S.A.
Ciudad: Sevilla-1990
Páginas: 48
ISBN: 84-84869-57-9
Depósito Legal: SE-1565/90
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