Bueno, hoy es el último día de este año fatídico y todavía me pregunto, con tantos sofocones, cómo hemos podido llegar al 31 de diciembre tanto en el ánimo como en la cartera. Pero lo malo es que el próximo año es el "innombrable", el de ese guarismo terrorífico que no puedo ver ni en los cupones de la ONCE. Si a su mala sombra se unen las previsiones de Rajoy en el último "Viernes de Dolores" que hemos tenido, la verdad es para embalar el almanaque y no pasar ni una de sus hojas, hacer como si viviésemos en una nube, y ya que los políticos paaaaasan de todo -según tiempo verbal de Antonio Burgos- pasemos nosotros también y tomémonos la vida a cachondeo si no queremos darle trabajo al "Ocaso" y que nos paseen en Mercedes hasta la glorieta del cementerio de San Fernando.
Si hemos pasado muchos disgustos este año, si nos han dejado casi en bolas, si hemos tenido que hacer más cuentas que el administrador de Urdangarín, si los carros del super pesaban menos que las modelos de las pasarelas, olvidémonos y vamos a pasar un año sabático sin echarle tanta cuenta a estos aprendices de políticos, que ya vendrán a nosotros, como palomitas inocentes, a que les demos los alberjones de nuestros votos.
Así que a pasarlo bien, que a todos nos venga mejor en el año venidero que no voy a nombrar, que la vida, aún siendo dura en estos últimos años, nos ofrezca algo de esperanza y no tengamos que vivir de la caridad. Que se cumplan todas vuestras inquietudes y deseos y, sobre todas las cosas, que Dios nos conceda salud y fuerzas para aguantar lo que venga.
Gracias por las innumerables visitas a esta torre cobalto de mi nacencia que, como en cada entrada de año, intentaré ir mejorando con nuevas propuestas. Mi sincero abrazo para todos, y que el "innombrable", aunque sólo sea para llevarme la contraria, sea un año pleno de felicidad.
Igualmente,amigo, me parece una gran receta que yo practico.Y sobre todo,salud.
ResponderEliminarFelicidades. Voy a tener que practicar esa receta.
ResponderEliminarBienvendido y feliz 2013.
ResponderEliminarCómo cada año vendrá con momentos difíciles, tristes, amargos y otros más alegres, bonitos y dulces...es imposible vivir sin degustar todos los sabores...así que bienvenido sea este año y a continuar andando por el sendero de nuestra vida.
Un abrazo,
Ia
Pues sea bienvenido este año, Ia, a pesar de su guarismo.
ResponderEliminarFelicidades para ti y los tuyos.
Un abrazo.
Emilio que lo pases muy bien esta noche en compañía de tus hijos y nietos
ResponderEliminarUn abrazo
Manolo Damas
Emilio, habrá que conformarse con que el nuevo año no sea peor que el pasado. Estamos recogiendo los bártulos y nos vamos a donde nace la cal. Terminamos el año rodeados de encinas y junto al Gallo. Por cierto, no estaría mal recordar a nuestros gobernantes tan cacareada leyenda; tal y como están poniéndose las cosas puede que tengamos que terminar de la misma manera con algunos de estos modernos recaudadores de impuestos.
ResponderEliminarAntes de que termine el día hablamos.
A todos los lectores de esta Torre feliz DOS MIL 3C.
Igualmente, Manolo, para ti y tu familia. Un buen próximo año.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Esta gente, José Luis, nos acostumbra rápidamente: ¡Un dos, papas y arroz...! A la fuerza ahorcan. Conviene recordarles esa leyenda del Gallo de Morón o la acción de Fuente Obejuna.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mejor para ti y para todos los que te quieren y admiran, que son muchos. Y un saludo muy especial para Emilito de Sonia.
ResponderEliminarFeliz dos mil 3 C, como lo ha escrito, ingeniosamente, José Luis.
Con este guarismo, le pongas el nombre que le pongas, te pasa como aquel antiguo chiste del célebre marica sevillano, que además de duque era el más pesado del mundo: ¡Que tires por donde tires, te folla don Benavides! Pues lo mismo nos va a pasar con este año al que he tildado de "innombrable", que vendrá don Benavides -léase Rajoy y sus secuaces- y nos la meterán hasta donde pone "Made in Toledo".
ResponderEliminarLe daré ese saludo a mi Emilio.
Que lo paséis lo mejor posible, por lo menos..., aún estamos vivos.