EL SOMBRERERO
A los pies de un devoto franciscano
se postró un penitente. -Diga, hermano:
¿qué oficio tiene? -Padre, sombrerero.
-¿Y qué estado? -Soltero.
-¿Y cuál es su pecado dominante?
-Visitar una moza. -¿Con frecuencia?
-Padre mío, bastante.
-¿Cada mes? -Mucho más. -¿Cada semana?
-Aun todavía más. -¡Ya! ¿Cotidiana?
-Hago dos mil propósitos sinceros,
pero... -Explíquese, hermano, claramente:
¿dos veces cada día? -Justamente.
-¿Pues cuándo diablos hace los sombreros?
Tomás de Iriarte
(1750-1791)
No hay comentarios:
Publicar un comentario