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DANIEL VAQUERO (DE PIE, EL TERCERO POR LA DERECHA) |
Mi amigo vallisoletano Pedro Sanz me envió ayer por la tarde un correo electrónico dándome la triste noticia de la muerte de un buen amigo, un hombre excelente, un gran flamenco y un anfitrión extraordinario, Daniel Vaquero Calvo, dueño en Valladolid de los hoteles "Amadeus" y "Mozart".
Esta fotografía, en la que me acompaña mi paisano de corral José Luis Jiménez, se tomó el año 2010 en la bodega personal que tiene en uno de sus hoteles para agasajar a sus amigos. Era la segunda vez que yo iba a Valladolid a dar una conferencia. Recuerdo que era sobre el Fandango y que la ilustraba "El Churumbaque" en el cante con la guitarra de "El Niño Seve". Cuando salimos del teatro, acompañado de otros amigos se acercó un hombre a saludarme y a decirme si aceptaba una copa. Era Daniel. De allí nos invitó a su clásica bodega, donde estuvimos con él y en la gratísima compañía de los miembros de la Peña "La Seguiriya", cuyo Presidente, Pascual, que canta de bien para arriba, aparece sentado en la instantánea. Echamos unas horas inolvidables de conversación, cante, jamón y buenos vinos de sus propias viñas. Cuando volví el año pasado para dar una conferencia sobre Vallejo, nos invitó al mediodía en la terraza del hotel y pasamos también un buen rato de conversación. El pasado día 7, con Pedro Sanz, organizador de las Jornadas Flamencas y el periodista Alfredo Grimaldos, conferenciante del día anterior, nos acercamos para saludarle, pero no estaba, alguien nos dijo que estaba bastante mal y muy preocupado.
Cuando hoy mi amigo me ha dado la noticia, no me he llevado una gran sorpresa porque sabía de su estado, pero sí he sentido en el alma la muerte de persona tan maravillosa, cabal tan aficionado y hombre de tanta generosidad. ¡Descanse en paz! Mi más emotivo pésame a sus familiares y por supuesto a los miembros de la gran familia flamenca de Valladolid.
Me extraño no verle el pasado día 7 y pregunté por él; creo que fue Pedro quién me comentó que estaba enfermo. Quedará en la memoria aquella reunión de 2010 donde Daniel nos agasajó con los mejores caldos y chacinas. Recuerdo especialmente aquel teléfono antiguo de su bodega por el que pedía las viandas. Descanse en paz y sirva este comentario para mandar mi más sentido pésame a la familia y amigos de Daniel.
ResponderEliminarPasamos en aquella bodega un rato excelente. Cada vez que he ido a Valladolid me ha atendido con una cordialidad maravillosa. Descanse en paz nuestro buen amigo al que la vida ha querido robarlo pronto.
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