JUAN PEÑA Y JUAN CEMBRANO
Dentro del santoral, el día de los "Juanes" es uno de los más significativos del año, no sé si por aquello de que hay muchos signados con este nombre, por su noche mágica ancestral, o porque los que gozan de este nombre son, por regla general, muy buenas personas, al menos de los que yo he tenido conocimiento. Valgan hoy estas breves líneas para felicitar a todos en esta onomástica, y muy especialmente a Juan Peña Aguilar, mi hermano tabernero cordobés; a Juan Cembrano, Triana en peso y emoción; a mi dilecto Juanelo, de Dos Hermanas, viudo de Emilia Jandra; a mis formadores en el Seminario de Pilas, Juan Leyva y Juan Reina; a mis amigos en el Flamenco Juan Peña "El Lebrijano", Juan Jiménez Alcaraz y Juan de la Plata; a mi compadre Juan José Román, y a cuantos han pasado por mi vida y se han quedado en el tintero de la mala memoria.
Con muchísimo cariño, va también mi felicitación al poeta de Lora del Río, residente en México, Juan Cervera, al que tuvimos durante un año en nuestras páginas. Con un poema de los suyos, mi más sincera felicitación a todos.
VENDO
Vendo lenguas para mudos,
oídos vendo para sordos,
ojos vendo para ciegos
y venenos para locos.
Vendo relojes sin horas,
vendo brocales sin pozos,
vendo guitarras sin cuerdas
y vendo abismos sin fondo.
Creo en Dios y no creo en Dios,
me la paso hablando solo
y entre tu cuerpo y mi cuerpo
hay un mar de sueños rotos.
Vendo horizontes de hambre,
vendo mendigos de oro,
vendo millonarios tristes
y cadáveres de plomo.
Que yo nunca he sido yo,
que mis ángeles-demonios
son lo que son y no son;
que mis palomas son tordos.
Vendo lo que nadie compra,
lo que nadie compra, compro
y soy lo que no soy,
que yo siempre he sido el otro.
Felicidades para este Juan, tan gran poeta y tan lejos...
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