LXII
Si pudiera en tu vientre, vida mía,
ser como el mar, que cubre cuanto alcanza,
ser luz firme de ocaso en lontananza
extendiendo su lenta lejanía,
ser materia y no más, ancha alegría
desplegando en tu carne la esperanza,
contraste nivelando la balanza
de tu sangre fluyendo en armonía,
si pudiera, amor mío, si pudiera
ser todo menos hombre en tu cintura
bien sabe el infinito que lo fuera,
y trocara mi carne terca y dura
por el halo de luz de una quimera
-que ser hombre condena a la amargura-.
Enrique Barrero Rodríguez
"Cien sonetos de amor"
1996
Querido Emilio, he perdido ya la cuenta de las ocasiones en las que te he agradecido tu amable y cordial generosidad de amigo con mis versos. Vaya otra más, con mi fuerte abrazo.
ResponderEliminarNo me canso de leer y releer tu extraordinario libro "Cien sonetos de amor", así como tus décimas diarias. ¡Quién pudiera escribir como tú y hacer sentir en la brevedad de un poema!
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