No te vayas a creer, niña, que porque ya han pasado cinco meses desde que cerraste tus bellos ojos verdes a la vida, me he olvidado de ti: ni podría ni sabría. El día es un inmenso arcoiris con el que se me llenan de colores las pupilas. Veo la sierra al lado de mi entorno más inmediato, y me imagino, también casi al lado, la campiña fértil que camina de la ciudad hasta Lucena, caminos por los que tanto hemos andado y amado tú y yo. Pero me parece que durante el día estás conmigo. Tú en tus compras y yo en mis otras obligaciones.
Cuando llega la noche se me borran las sierras y sólo veo puntos en el firmamento en donde quisiera ubicarte. Todo, como ella, se cierra para mí. Quisiera entonces tenerte, cenar contigo, tomar nuestra copa de cava, darnos un beso, desearnos buenas noches..., y lo que Dios quiera.
Cada noche sé que eso es más imposible, que ya no tienes regreso, que vives en otros mundos que no vienen en los mapas de la eternidad. Yentonces tengo mi bajón, la gran caída de la ausencia. Y noto el desamparo, la orfandad de tu carne, siempre carne aunque herida, tu risa, esa risa incopiable, tus voz sobre las otras...
Está la casa en silencio... ¡y es tan grande! Sólo me salva la noche cuando me llega el sueño por medio de unas pastillas de don Pedro que me dejan grogui. Entonces es cuando me meto en un sopor en el que no dejo de acordarme de ti durante varias horas. Cuando me despiertan las primeras luces y los primeros ruídos, te busco por entre los pliegues de las sábanas, pero no estás, nunca estás. Cuando intento el abrazo la propia soledad me desabraza. Cuando de nuevo me doy cuenta de que otro día estoy sin ti, le pido a Dios mi muerte, el acercamiento total a ti, a quien fuiste mi Destino. Pero Dios es tan cruel que me tiene, como a un zombi, atado a tu universo, aunque jamás me ha vuelto a enseñar el rostro hermoso de quien a tanto amé. Si de día malo, porque te recuerdo entre todas las alegrías compartidas; si de noche, peor, porque estoy sedado. ¿No me dará ese Dios al que tanto imploro el valor de suicidarme?
Emilio tanto acodarse de lo que fue y no de lo que ha sido, ¿porqué no recuerdas quien eras tú? ¿como quieres que te recuerden? ¿qué has hecho para tener tanto resentimiento? ¿quién recuerda a quién? ¿porqué tantos recuerdos? ¿a qué se debe esa extraña nostalgia compertida -con quien-?. Piensa las cosas y échale las culpas a quien corresponda no a quien las pueda tener. Sé consciente de tí mismo y afronat la realida.
ResponderEliminarDecía Manuel Benítez Carrasco:
ResponderEliminarTodo es cuestón de hidalguía,
tú me lo negastes todo,
yo te dí cuanto tenía.
Aplícatelo y tú bien sabes porqué
Me gustaría que este anónimo diese la cara.
ResponderEliminarCARTA A LOLI
ResponderEliminarMi querida Loli, esta tarde me he emocionado con las frases de tu Emilio en un articulo de su Blog. Yo te enviaría un documental que tengo titulado Cristal, y de verdad que te emocionarías, porque el color, lo diáfano de la luz filtrada por entre la seda de lo adivinado, te emocionaría. Emilio hay veces que escribe a puñetazos folclóricos, rabietas eróticas o panfletos enrabietados. No, hoy está en los aires de la elegancia que tú le imprimes en el recuerdo sedoso de la noche. Mira, hay un Loto verde en el recuerdo altivo de la nostalgia, porque la verdad no escatima vericuetos ni soslaya trochas vividas.En el Eter no hay nada que tú no merezcas, porque tú eres tomillo, romero, albahaca, hierbabuena, mira, lo más sencillo y más bello de la flor natural de la verdad innata de la vida. Te haría un soneto de los mios, pero se que no lo vas a leer querida Loli. No, no importa, con el pensamiento y la ilusión de comunicarme contigo ya está hecho, recibido y disfrutado emocionalmente.
Loli, te acuerdas cuando en un jardín de Córdoba quisiste coger una flor, y no querías que te sorprendieran, y dabas vueltas y vueltas con la seda de tu aire diafanado de turquesa verde con olor a romero. Una tarde me llegué a tu casa de Triana y te asomaste a la terraza, y de verdad que no te adivinaba entre las flores confundida entre sus aromas. Sí, recuerdo tu sonrisa al verme, la misma sonrisa de tus hijos al saludarme al cabo del tiempo en tu funeral.
Mira Loli, tú recuerdas el impacto de algo que cae al agua y deja unos círculos como emisión de un mensaje, pues así está tu recuerdo en el Guadalquivir, y en el pálpito de los nenúfares pintados por los pintores impresionistas franceses. Loli, yo no soy creyente, tú estás en todas partes, en el aire que respiramos los que te queremos y te abrazamos cotidianamente en el pensamiento sedoso de los sentimientos puros. Voy a cerrar esta carta con un beso al aire de los tiempos, porque siempre te recordaré por el camino altivo donde siento tus pisadas, como el aletear de un paloma blanca como la cal de tu sonrisa.
Rafael Sánchez Segura
Muchísimas gracias, Rafael, por ese extraordinario canto a Loli, a la que tanto querías y tan bien conociste. Tus recuerdos hacia ella tapan de sobra la bilis de esos dos comentarios anónimos que he recibido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rafael, has descrito perfectamente cómo la recuerdo yo. Yo tampoco soy creyente pero me niego a pensar que mi madre ya no exista. Ella está aquí, en todos los rincones de mi universo.
ResponderEliminarSiempre he pensado que una persona no muere del todo hasta que no haya nadie que la recuerde... y a mi mami le queda vida para rato.
Muy bonito lo que has escrito, como comprenderás te entiendo mejor que muchas personas pues vivo el mismo trance. Es cierto que durante el día es más "fácil" (por llamarlo de alguna manera), pero cuando llega la noche llegan también los recuerdos y aunque muchos son hermosos o quizás por eso, aparecen las lágrimas y el desconsuelo. Lo siento de verdad hermano, recuerdo mucho a mamá, ella se quedó viuda a la misma edad que yo me he quedado sin el amor de mi vida y ahora entiendo mejor cuánto debió sufrir. En cuanto a los vainas esos que te han escrito anónimos, QUE LES DEN, ya sabes aquello de "no ofende quien quiere, sino quien puede" y escudarse detrás del anonimato dice mucho de ellos y no precisamente a su favor. Te quiero. Y no olvides que si nosotros seguimos aquí será por algo, así que no pidas a Dios ni a nadie tonterías, da gracias a la vida que nos acoge cada mañana y a las experiencias que nos aporta. Siempre hay alguien que nos necesita y a ti te necesita mucha gente (entre otras yo).
ResponderEliminarNo es bonito, hermana, es dramático. Tu estás superando la muerte de Pedro, aunque sólo a medias, yo hay días que no me puedo levantar, ni quiero, ni tengo ganas. Creo que Dios a veces, muchas veces, no es justo... porque mira qué duran los cabrones que por el mundo son legión, y todos ricos, mientras la gente sencilla y buena se nos pierde de repente.
ResponderEliminarHoy te esperaba en Valencina, donde los niños me han dado la sorpresa de la celebración de mi 63 cumpleaños y me han llenado de regalos, pero he pasado un día malo interiormente pensando en Lola y en cuánto disfrutaba ella con estas cosas.
Creo que estoy entrando en otra depresión. Yo también os necesito, y mucho, y ahora más. Yo no soy tan fuerte como mamá ni como tú. He luchado todo lo que he podido, pero ya apenas puedo.
Un fuerte abrazo para ti y otro para Tati y Álvaro. Espero animarme, cuando tú estés de vacaciones, para pasar unos días con vosotros en Mazagón.
Espero que vengas de verdad. Hoy no he ido pues los ánimos no están muy bien por aquí, ya sabes, Tati está preocupada, triste y debo estar pendiente, para algo soy madre, pero me he acordado mucho. Tienes una familia maravillosa de la que yo, gracias a Dios, formo parte y me siento muy orgullosa. No te inquietes porque estés entrando en otra depresión, es normal, tendrás bajones que vendrán solos y las subidas las tenemos que buscar, aunque no tengamos ganas. Mira, yo me he apuntado a una asociación donde hacemos senderismos, rutas poéticas, noches de estrellas donde vamos a la playa a aprender sobre el universo, visitamos restos arqueológicos (ayer estuvimos en la isla de Saltés, aquí en Huelva, etc. y tb. hago una actividad deportiva que se llama nording working (marcha nórdica) y vamos un grupo por la playa, se hace con dos especies de bastones y se ejercita muchísimo. El otro día en la playa nos dijo un hombre que si íbamos de promesa, me harté de reir. Lo que trato de decir es que no tengo ganas de hacer nada de ésto pero se que es necesario, que una vez allí más o menos me "alegro", aunque a veces me siento totalmente fuera de lugar pues mi lugar en el mundo y mi mundo eran Pedro. Pero siento que se lo debo, él durante su enfermedad no se quejó jamás, daba gracias a Dios todas las mañanas por tener un día más, un día más para amarme como decía. Yo se que él está conmigo, lo siento a cada instante y quiero que se sienta orgulloso de mi, que vea que voy dando pasitos para seguir adelante. Se que cada día que pasa nos acerca más, que algún día será el reencuentro y eso me reconforta pero debo seguir adelante. ¿Ves? el haberte ido con tus nietos te ha venido muy bien, aunque hayas recordado mucho a Loli pero es que a Loli (al igual que yo a Pedro) siempre la recordarás y es normal que así sea y si, es muy injusto lo que les ha pasado y no lo olvidaremos jamás, pero tendremos que ir llenando la vida. Tu tienes un don, el de la escritura, y volverás a ilusionarte. Te entiendo de verdad, muchos días me quedaría no en la cama, sino debajo de ella, dejándome atrapar por la más absoluta de las depresiones y créeme si te digo que siempre estoy pendiente de mí porque el hilo es muy fino y pocas las fuerzas para seguir. En la asociación contra el cáncer hay psicólogos que atienden tanto a enfermos de cáncer como a familiares que tienen o han perdido a alguien. Yo voy desde que Pedro enfermó y te aseguro que te ayudan y Emilio, toda ayuda es poca en estos momentos tan tristes, en esta soledad que nos agarra, en estos recuerdos que nos golpean cuando más distraídos estamos. Te quiero mi arma y quisiera estar ahí contigo y darte un fuerte abrazo.
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