-Hermana, uno no basta,
dijo el lego, que cada fraile gasta,
para su provisión, por todo el año,
un par de huevos y de buen tamaño.
La labradora entonces junto al lego
se arrimó con más fuego
y, sin andarse en otros perendengues,
le dice cariñosa haciendo dengues:
-Pues hermano, que tome le aconsejo
para regalo suyo este conejo.
Félix María Samaniego
"El jardín de Venus y otros jardines de verde hierba"
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