Te estoy besando y quisiera
que en la mitad de este verso
el tiempo se detuviera.
Vete desojando, amor,
cuando te quede una hoja
esa te la quito yo.
De una semilla, un trigal,
y entonces me di yo cuenta
que lo que importa es sembrar.
Al infierno de cabeza
que si tú eres el pecado
las quemaduras no pesan.
Aurelio Verde
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