sábado, 25 de febrero de 2012

LAS SOLEARES NUESTRAS DE CADA DÍA (15)


Jazmín, llovizna, pan tierno.
Hay palabras que pronuncio
para espantar al infierno.

Cuando nadie me quería
encontré el mejor amigo
en mi propia compañía.

Qué lastima que mi muerte
tenga que hacerle más daño
a aquellos que más me quieren.

Si alguien te quiere enseñar
no olvides que lo importante
es aprender a dudar.

Para unos fui el mejor,
para otros el más malo.
Los dos llevaban razón.

Digo que sí y hago no.
Como cualquier ser humano
vivo en la contradicción.

Hallo un poco de consuelo
creyendo que alguien encuentra
las cositas que yo pierdo.

Cualquier momento es eterno.
Cierra los ojos y mira
la luz con el tiempo dentro.

Todo lo que yo quería 
era perderme en tu cuerpo
y no encontrar la salida.

Juan Peña

2 comentarios:

  1. Querido Emilio, la respuesta que diste el otro día a un comentarista, con la transcripción de algunas y otras refleziones, era un pequeña joya sobre la soleá, de la que aprendimos mucho quienes nos desenvolvemos peor en estos ámbitos... Estas de Juan Peña me parecen francamente excepcionales. Un fuerte abrazo.

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  2. Juan Peña es un poeta excelente que domina la "Soleá" de una forma extraordinaria. Sus temas tienen una profundidad fuera de lo común. Repetiremos algún día con otros temas nuevos.

    Un abrazo, Enrique.

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