Yo ya he perdío las tres:
la caridad, la esperanza
y mucho antes la fe.
Calle de la Libertad
quiero llamarle a mi vida.
¿Quién me la rotulará?
El hombre que yo mantengo
por fuera se está matando
y ya está muerto por dentro.
Para vivir como vivo
es mejor poner un punto
final, y no suspensivo.
Tanto decirme borracho
cuando sólo pruebo el vino
amargo que dan tus labios.
Emilio Jiménez Díaz
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