"Cuando estés a la mesa, piensa primero en el pobre;
porque si nutres al pobre, amigo mío, nutres a Dios".
(Proverbio)
También la caridad en su eficacia
da una limosna y la reciben dos:
el que la pide, un pan que su hambre sacia,
y el que la da... la bendición de Dios.
Y el aturdido mundo no percibe
quién en esa limosna gana más,
si el mendigo infeliz que la recibe
o la mano piadosa que la da.
Lázaro María Pérez
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