Queridos amigos y participantes de esta página que se hizo para todos, para estar más unidos en el amor, la poesía, las cosas cotidianas, esas pequeñas partículas que nos unen a los que creemos en los hombres de buena voluntad y que participamos, cada uno a su manera, del entendimiento de la vida.
No os podéis imaginar cuánto os he agradecido desde mi silencio la comprensión para con mi soledad. Vosotros habéis confortado mi corazón durante estos duros días que Dios ha querido mandarme para probar de su cáliz, habéis sido el sostén y andamiaje de mi existencia, mi fuerza vital, mi latido. No hay palabras para este general reconocimiento. Mi dolor ha sido el de todos cuantos nos habéis amado y nos habéis hecho mejores. Lola no está, y bien que lo siento en mi espacio, en los rincones comunes, y en mi corazón, más débil sin ella, pero siempre fortalecido con los vuestros. ¡Gracias!
Mañana -que ha sido una eternidad para mí-, volveremos a reencontrarnos, a seguir teniendo la misma fe en mis amigos, que forman legión, la misma esperanza que me animó a engendrar este blog, y dispuesto a recibir, como siempre, la misma caridad por vuestra lectura cotidiana, por vuestros comentarios y por vuestro ánimo.
Todos, una vez más, subiremos a este campanario de mi torre cobalto de Señora Santa Ana. Desde ese alto otero, desde ese balcón que se asoma al Aljarafe, quizás podamos recordar de nuevo a mi Lola, y ver desde allí el mar de Isla Cristina, en el que ella ya duerme para siempre.
Un abrazo a todos:
Emilio Jiménez Díaz
¡Ay, sr. Emilio! ¡Cómo me alegro de volver a leer sus escritos! Le echábamos de menos.
ResponderEliminarCuando mi padre murió, después de 50 años de casados con mi madre, y 10 hijos...mi madre no levantaba cabeza. Se conocían de pequeños, eran primos y siempre fué su mejor amigo, compañero del alma. Fué una gran perdida para todos. Pero la normalidad y realizar cada día tareas hace que el día a día sea más llevadero. El dolor es muy fuerte el primer año, luego está ahí pero ya se aprende a convivir con él. Pero lo mejor es estar activo con lo que a uno le guste, así no le das tantas vueltas a la cabeza.
A mi lo que más me distraía y eso que no me gusta era que un primo me invitó a ver al Barça en el campo. Es la cosa más absurda porque no era aficionada, pero era bueno, me distraía, no tenía que hablar con nadie, ni pensar nada...y había un chico que no era nada famoso que jugaba muy bien, Iniesta. Era una preciosidad ver a ese chico jugar.
Bueno, sólo mucho ánimo estimado sr. Emilio. Ánimo para levantarse y continuar.
Un abrazo, Ia
Querido Emilio, nos alegramos que vuelvas a la rutina diaria, todos lo estamos deseando, te lo agradecemos, y sobre todo Loli, ver como vuelves a realizar algo que te gusta y seguro que élla desde el cielo, nos confortara. Un fuerte abrazo, tu amigo Joaquín
ResponderEliminarNo hay más remedio que echarle valor a la vida y volver a estar en contacto con todos vosotros. Gracias por vuestros ánimos. Espero que me sigáis alentando siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya se vuelve a ver luz en una ventana querida de éste Internet,cerrada éstos dias por el dolor.Ya se vuelve a encontrar uno con lo cotidiano,con su primera lectura diaria y eso es motivo de eperanza.
ResponderEliminarAquí estamos,Emilio ,para arroparte y arroparnos todos con amistad y verdad.
Un abrazo.
Vuelve a tener campanas esta torre. Esperaba verte mejor esta noche, tras la misa en Santa Ana por el eterno recuerdo de Loli. Tu rostro, Emilio, denota que la pena tiene hondas raíces. Dormir esta noche en tu barrio, que era el de Loli, te hará bien, verás.
ResponderEliminarTe esperamos mañana...
Ha estado usted muy arropado, Emilio, por sus amigos y familiares. DEbe ser muy querido por ellos. Yo nunca le he tratado personalmente, pero lo que he visto hoy en Santana me indica que debe ser una magnifica persona. Saludos y espefo volver a verle.
ResponderEliminarGracias a todos a Martín, a Ángel Vela y a José Luis por el ánimo. Espero hacerlo todo lo mejor que me sea posible.
ResponderEliminarUn abrazo a todos.
Querido Emilio: Me hubiera gustado estar en la misa en Santa Ana, pero no me he enterado, así que siento no haber podido compartir esos momentos contigo y tu familia.
ResponderEliminarAbrazos
Te envié un correo electrónico a una de tus dos direcciones electrónicas. Puede que se hay extraviado. La informática tiene algunas veces estas cosas.
ResponderEliminar