Ayer, día 30 de Enero que jamás olvidaré, el "hachazo terrible y homicida" de la muerte que nos cantaba Hernández quiso darme en el centro del corazón haciéndomelo añicos, partiéndomelo en mil prismas de sangre. Mi niña, la mujer a la que elegí hace cerca de cincuenta años entre todas las mujeres; la esposa dulce, fiel y compañera; madre dulcísima de tres hermosos hijos y abuela amantísima de sus cuatro nietos, dejaba entre mis brazos su último latido. Dios quiso arrancármela de cuajo tras muchos años intentándolo con una cruel enfermedad. No ha dado tregua, no ha obrado el milagro de salvármela para la vida, no ha querido que llenara con ella y junto a ella la más que merecida jubilación.
Mi querida Loli ha volado al cielo de todos los justos desde la tierra al infinito; al cielo de esa gente buena que pasa por la vida derrochando felicidad y alegría. Nunca sabré pagarle todo el amor que me ha ofrecido durante cuarenta años de casados, ni su dadivosidad, sus consejos, sus sacrificios y sus desvelos. Siempre serán pocas las lágrimas que derrame por ella al rebrotarme en cada segundo miles de recuerdos: los momentos vividos -felices y menos felices-, las tristezas y desesperanzas, la pobre economía de nuestros inicios y la bonanza del final. Y me persiguen su risa espontánea, sus "loladas" contagiosas, sus ganas de vivir y de hacer vivir a los demás...
Todos los rincones de la casa me huelen a ella cuando he llegado de dejarla en no sé dónde. No está aquí conmigo, pero la sigue habitando por siempre y para siempre. No me hago a la idea de que la he perdido en la triste habitación de un hospital. No puede ser. De seguro que está conmigo jugando al escondite para darme la sorpresa de volver a aparecerse con esa risa contagiosa inolvidable. ¡Mi Lola!
Esté donde esté, ella sabe que la estoy llorando desde esta torre cobalto que hoy se ha envuelto con un crespón de luto. Me he quedado sin su cuerpo, sin su cara bonita y sin esos ojos verdes que tanto me llenaron de esperanzas. Pero sé que está aquí, a mi lado, para darme fuerzas y para que no caiga, y hasta con un pañuelo en sus manos para secarme las lágrimas que hoy, por ella, están labrando un surco por mi rostro.
Muchos amigos comunes vinieron hoy a darle la despedida y a demostrarle cuánto la querían. Vinieron también para acompañarme, para darme ánimo por tan terrible pérdida. Todos saben bien lo que la he querido en estas cuatro décadas inolvidables y la familia generosa, siempre apiñada, que supimos conformar. Gracias, amigos, porque hoy, aparte de mi dolor, siento el de nuestros hijos y el de nuestra familia, en la que también vosotros habéis sido, y sois, una parte muy importante.
Dios ha querido robármela, y aunque siempre me he enfrentado, Él, más potente que yo, y más sabio, me ha ganado la partida.
Tenga fuerzas, Emilio, y siga luchando por los suyos. Terrible noticia con la que he comenzado mi noche de descanso. Esté seguro de que hay una gloria, y que allí la encontrará algún día. Mi más sincera condolencia.
ResponderEliminarEmilio, sabes que nos tienes a tu lado. Un abrazo
ResponderEliminarQuerido Emilio, mi más sincera y honda condolencia en estos momentos de dolor para ti y tu familia y mi más fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias “cuñao”, por estas palabras sobre mi hermana. Deberíamos tener como ejemplo la entereza, humildad y optimismo que siempre ha llevado a lo largo de su vida. Besos
ResponderEliminarMi querido amigo,sin conoceros tengo los ojos vidriados por una lágrima y un nudo en la garganta, que junto con mi oración por su alma y por tu fortaleza,es todo lo que te puedo ofrecer en un trago tan terrible.
ResponderEliminarAdelante que la vida todavía tiene caricias que ofrecerte.
Un abrazo muy fuerte.
franmmartin
Gracias José Luis,Andrés, Enrique, José Antonio y Martín. Gracias por vuestro apoyo, que de seguro voy a necesitar en estos momentos tan difíciles para mí. Acabo de llegar ahora de Isla Cristina, acompañado por mis hijos, en cuyo mar han quedado depositadas sus cenizas. Hoy tengo el miedo de la soledad, demasiado miedo -parafraseando a Juan Belmonte- para tener un solo corazón.
ResponderEliminarGracias a todos.
MI QUERIDÍSIMO EMILIO,SOY TOÑI,HIJA DE LA GRAN BELLEZA EMILIA JANDRA!CUÁNTOS MOMENTOS JUNTOS TENGO EN MI RECUERDO VUESTRO,¡AY LOLI!QUE PEDAZO DE MUJER,DE PERSONA,GUAPÍSIMA,,,,ERA Y ES COMPLETITA!QUE DESCANSE EN PAZ!!!!!!!EMILIO, LAS DEMÁS PALABRAS SOBRAN,MI FAMILIA ESTÁ CONTIGO,SABES QUE TE QUEREMOS MUCHÍSIMO,MUCHOS ÁNIMOS!BESOS Y ABRAZOS DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MI ALMA!
ResponderEliminarSí, sr. Emilio, Desde mi Torre Cobalto está de luto y los seguidores del blog también. Cada día entraba un ratito al blog a leer sus comentarios, cuantas risotadas se me han escapado leyendo sus comentarios o anécdotas. Ayer cuando entré, me quedé sin palabras...no sé explicar muy bien lo que nos aporta usted, el cariño que se le coge, y lo mucho que siento esta perdida.
ResponderEliminarSólo les deseo que algún día, y con el tiempo, puedan volver a sonreir. Un saludo, con cariño, Ia.
No sé, Emilio, si la culpa es de aquellas películas que nos hacían llorar, románticos y sentimentales, o es que la pena nos ahonda aún más ahora que los surcos del rostro ofrece a las lágrimas distintos caminos... Me han emocionado tus palabras, tan tristes y sentidas, a las que se han unido las de tus amigos. Malos tiempos para los que ya nos queda sólo el postre. Así que hay que ser más fuerte que nunca en la vida; tú tienes una gran riqueza dentro y alrededor. Procura disfrutarla.
ResponderEliminarEspero que no pierdas el optimismo y alegría que tenía Loli. Pocas personas la superarán en ese afán por vivir. Fueron muchos años luchando contra esa cruel enfermedad y en los últimos meses,cada vez que os visitaba, siempre estaba sonriendo y con ganas de salir.Una auténtica lección.
ResponderEliminarPronto iremos a visitarte a Córdoba y ya sabes que en Triana mantienes a una legión de amigos que te queremos de verdad.
Querido hermano: hermosas tus palabras y honda tu pena y es normal que así sea pues Loli siempre ha sido especial: fuerte, sensible, valiente, dulce, alegre.... era muchas cosas y una de ellas tu compañera de vida. Son muchos los años que os unen, dos chiquillos cuando empezásteis, fíjate si ha pasado tiempo. Todos la echaremos de menos y ella cuidará de vosotros desde su nuevo hogar igual que lo hace Pedro con nosotros. Aquí estoy hermano, te entiendo pues ya pasé por el camino que ahora recorres. En lo que pueda ayudarte aquí me tienes. Te quiero.
ResponderEliminarPapi, perdona que discrepe, pero ni Dios (si es que realmente tuviera algo que ver en este tema), ni la maldita enfermedad, ni la Parca han conseguido nada en contra de mamá. Más bien todo lo contrario. Esta enfermedad tan cruel, y en las dimensiones en que ella la ha tenido, se ha visto obligada a pelear con la Lola durante más de año y medio, cuando a cualquier otra persona en la misma situación la habría vencido en menos de un suspiro.
ResponderEliminarMi madre le ha ganado tiempo a la vida. Ha conseguido reirse de todos, incluso después de "irse".
Como le pasa a mis hermanos, a veces me siento mal por ser capaz de reirme a 48 horas de su viaje; pero... ¿es que puede uno estar triste acordándose de alguna de sus cosas?
¡Es imposible! Ella, con todo lo que tenía en lo alto, nunca le dió importancia a esas cosas. Ni al brazo, ni a la quimio, ni a tener que respirar con ayuda de una máquina... Al revés. Eso para ella no era nada importante. Lo importante era ver que todos a su alrededor estuviéramos siempre bien.
Nunca una mala palabra para nadie. Siempre una sonrisa.
¿Cómo podría ponerme triste porque una persona con ese ánimo esté ahora descansando (tan merecidamente) y con la sonrisa eterna en sus labios?
Sabes bien, papi, que yo no creo en otros mundos, pero sí tengo plena confianza en que una persona no desaparece hasta que no quede nadie que la recuerde. ¿Tú te vas a olvidar de ella? ¿Y Pablo? ¿Y Myriam? ¿Y todo el resto de familiares? ¿Y las demás personas que sin ser familia han estado en cada momento como si lo fueran?
Mientras haya alguno de estos en pie, mamá seguirá viva... y nosotros seguiremos queriéndola como ella se merece.
Como sabes que el carnaval es una de mis pasiones, voy a poner un enlace de una letrilla que llevo escuchando desde hace tiempo y que siempre he sido incapaz de terminar de cantarla.
Mami... si pudieras leer esto de alguna forma y, aunque no hace falta que te lo diga, pues lo sabes de sobra: ¡TE QUIERO!
VER EL VIDEO
http://www.youtube.com/watch?v=8JVmqmRMUe8
¡Mamá!, ojalá pudieras aliviar la pena que me invade... ¡ay mamá!. Solo espero que desde ahí arriba mandes fuerzas a papá y a nosotros para poder recordarte, intercambiando las lágrimas que ahora mismo habitan en nuestros ojos por una sonrisa en los labios. Papá a ti quiero decirte que lo que dice el chico es totalmente cierto, que mientras haya alguien que la recuerde ella nunca va a desaparecer. Ahora mismo llevo casi diez minutos sin poder escribir nada, quiero expresar tantas cosas...y la emoción sigue sin dejarme...pero Mamá tú mereces que saque fuerzas para continuar, porque nunca te has rendido, porque has luchado por nosotros y contra la muerte, porque te despediste sin decir adiós, porque hasta luchaste contra el sueño que la dulce morfina te proporcionaba y nos enseñaste por última vez esos ojazos verdes, tan bonitos y tan llenos de fe, recibiendo el último sacramento al lado de todos los que te quieren. Tuve la suerte de acompañarte por el túnel que te llevara hasta el cielo, al lado de otros que ya te estaban esperando, cantándote un Padre Nuestro como si de una nana se tratara. ¡Tan guapa, tan bella!...Nunca olvidaré tu sonrisa...Hasta Dios quiso que te rieras en nuestra despedida.. y puso un sol en el cielo.. y el agua cristalina.. y el viento perfecto..y silenció la tierra.. y fe en nuestras almas.. y quiso que tu ceniza se convirtiera en purpurina dorada y plateada dibujando un hasta siempre en el mar..
ResponderEliminarMamá ¡TE QUIERO! y nunca te olvidaré.
Chicos, he leído vuestras palabras y no puedo expresaros lo que siento. ¡Cuánta ternura, cuánto amor!. Ella estará muy pero que muy orgullosa de sus hijos, se sentirá feliz por ello. He leido el enlace del carnaval, me ha gustado mucho. Sois fantásticos y os quiero un montón. Un abrazo con achuchón y un beso fuerte fuerte.
ResponderEliminarDesde lo más profundo de mis sentimientos mis más sinceras muestras de apoyo y solidaridad. En tus hijos, y sobre todo tus nietos, creo que es donde mejor la podrás tener siempre presente.Animo y que el Dios de nuestros mayores la tenga en su Santa Gloria. Un abrazo.
ResponderEliminarAunque no nos conocemos personalmente. Mi vivita diaria a esta torre ha provocado mi admiraci´n por tu persona y no puedo más que enviarte mi más sincero pésame.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde Mairena del Alcor.
Pedro Madroñal
Querido Emilio: Malos momentos para ti y para todos los que querían a Loli, que eran tantos. La vida nos obliga a pasar por situaciones que no quisiéramos conocer. Pero no puedes hacer otra cosa que seguir adelante con toda la gente que te quiere y que la quisieron a ella. Has sido afortunado de tener a tu lado a una persona tan especial y ahora quizá el recuerdo de tus vivencias con ella te sirvan para andar este camino que tienes por delante. Ánimo y abrazos para ti y los tuyos.
ResponderEliminarEmilio simplemente escucha a quien bien querérias los dos, a vuestros hijos, por ejemplo la frase que pone Emilito:
ResponderEliminar'pero... ¿es que puede uno estar triste acordándose de alguna de sus cosas?'
No se puede y no se debe porque de hacerlo sería un desprecio hacia ella, hacia lo que tú bien dices en DESDE MI TORRE: ESTA TORRE SE HA TEÑIDO DE LUTO:
'Mi niña, la mujer a la que elegí hace cerca de cincuenta años entre todas las mujeres; la esposa dulce, fiel y compañera; madre dulcísima de tres hermosos hijos y abuela amantísima de sus cuatro nietos,...'
Hay que verla y recordarla como era y como le gustaria que la recordaran:
'Y me persiguen su risa espontánea, sus "loladas" contagiosas, sus ganas de vivir y de hacer vivir a los demás...'
Que es muy importante las ganas de vivir y con eso hay que quedarse y apoyarse en las fuerzas que os daría ella, porque ella, está y estará siempre con vosotros, porque como bien dice Emilito:
'¿Tú te vas a olvidar de ella? ¿Y Pablo? ¿Y Myriam? ¿Y todo el resto de familiares? ¿Y las demás personas que sin ser familia han estado en cada momento como si lo fueran?'
Creo que no y además cuenta con nosotros, esas personas que conocistes un día y que seguimos estando para lo que nesecites. Es preciso seguir adelante porque tu vida, como la de todos, no acaba sigue porque aún tienes cosas que realizar, que te esperan y eres el eje de muchos... y, fundamentalmente, de tu familia
"Hoy las olas de las playas de Isla,
ResponderEliminarTienen la espuma tan blanca como su sonrisa,
Sus aguas ahora más verdes y transparentes como sus ojos,
Cuando rompen son mas sonoras, tanto como su risa de niña traviesa.
La Lola se va a los Cielos, Isla ya no está sola..."
Perdoname esta licencia Emilio, solo es mi modesto homenaje a esa gran mujer.
Os queremos Julio y Marilo
Querido Emilio: Nos acabamos de enterar como tú sabes. Estamos contigo y con toda tu familia.Como sabes no hemos conocido a tu mujer pero leyendo tus palabras y la de tus hijos se vé claramente qué persona era. Su belleza interior y exterior. Tienes la gran suerte de haber estado cuatro décadas con ella y haber tenido a tus hijos. En ellos la vas a ver a diario y gracias a ellos ella te vé a ti hasta que os volvais a reencontrar. Un fuerte beso desde Sevilla.
ResponderEliminarEduardo y Belén
Apreciado amigo Emilio:
ResponderEliminarMe subo hoy a la “Torre de cobalto” y observo que una “señora enlutada” la blanqueó de negro.
Para ti Emilio en que la vida trianera me permitió compartir vivencias literarias o de otro tipo, puedo vislumbrar desde esta altura mudéjar, revestida de color azul con cerámica vidriada; que desde aquí, debemos de vislumbrar una esperanza que sea suficiente para mantenernos en este “valle de lágrimas”; mucho más en tu caso en que una pérdida irreparable te habrá obligado a tener muchos sentimientos y que quizás ante este revés, lo mejor será recurrir a la palabra: ¡resignación!.
Que este canto te ayude a comprender que tu amiga, esposa, madre y compañera en tu vida, estará ahora en esa otra Triana celeste; que estos versos, faciliten a comprender esta situación familiar.
No hay torre que por firme,
dure lo que el tiempo dura;
que todito en este mundo,
tiene fin y sepultura.
Todo lo vence el amor,
todo el dinero lo allana;
todo lo consume el tiempo,
todo la muerte lo acaba.
Gracias, amigo Paco, por tus condolencias y por tu aliento, y te agradezco tus versos, aunque no hay ninguno que me haga comprender mi desgracia.
ResponderEliminar