EPÍLOGO
Al final de mi vida hago recuento:
Tuve unos padres que no he merecido,
he hablado en consonante, es bien sabido,
y os cuento la verdad, yo nunca miento.
Que no tiene sentido mentir, siento.
La vida es lo real acontecido
y la ilusión lo que debió haber sido
que no será jamás, polvo en el viento.
Al acabar la vida hago memoria:
Tuve unos padres que ya son historia
y he hablado el consonante más diverso.
No he dado más de sí. Fui un suicida
de aquel vivir; pues entregué mi vida
por la locura, la ilusión de un verso.
Jacinto Mañas Rincón
"El cuaderno de las bagatelas"
2005
Para la pequeña historia.Acabo de llegar de El Arahal de gozar de una agradabilísima charla sobre nuestra afición desmedida:El flamenco ,con Pepe el de el Bar Los Cabales buen aficionado ,buen guitarrista y sobre todo,buena gente.Hemos recordado historias,anédotas y todo eso que acompaña a una buena tertulia.
ResponderEliminarY ha salido a colación el primer guardia urbano que ilustra éste comentario tuyo,cuya foto del año 1958, adorna las paredes del bar y que para la pequeña historia ,sabemos que se llamaba Antonio Sánchez (como el protagonista de Historia de una Taberna de Cañabate), que un hijo suyo murió en Sidi Ifni y que su mujer falleció hace pocos años.
Perdona el sarpullido de erudición de garrafa, pero la intención es poner nombre a uno de los los homenajeados en ésta entrañable galería de oficios desaparecidos.
Pues es lo que pretendemos en este blog, que personas como tú puedan ir aportando datos que desconocemos. Justo es dar a Antonio Sánchez el nombre en nuestra página.
ResponderEliminar¡Fenomenal..., y gracias!