Este es otro de los dioramas que Antonio Bernal nos ofrece en su casa de Arcos de la Frontera y que representa la escena de la adoración de los pastores al Niño Jesús. Es una maravilla de dulzura y candidez. Aparte de las figuras que componen esta representación -que son una auténtica hermosura-, observen los detalles de la casa en la que el autor ha querido situarla, que bien parece una antigua casa de pueblo con su cuadra para los animales y su "soberao", en los que no falta un detalle. Plausible esta afición del belenismo que nos hace niños a todos los que hemos tenido la suerte de admirar la colección.
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