A LUIS CERNUDA
EN EL SUELO DE MÉJICO
En la tarde quebrada
que huele a lima y a petróleo,
a nardo funeral y a lava dura,
tras rodar largos años, desolado,
en pos de idéntica quimera
-nacido al cabo bajo el mismo cielo-,
llegué a donde él estuvo y:
-Ya se ha ido
-me dijeron-. Se ha ido, y para siempre...
Hoy el suelo de Méjico es más rico,
más pobre el cielo de Sevilla.
Perdido en otra pérdida más grande
su rastro, sin embargo, era más hondo,
cruzaba el mar, volvía hasta unos patios
donde el perfil del aire fue un cuchillo,
llama extinguida, fruto desgajado,
¿qué cabe hacer por ti sino callarse?
¿Con qué palabras, rey de la palabra,
violar tu plenitud, llamarla muerte,
ahora que, saciada
tu sed de eternidad, vences al tiempo?
Aquilino Duque
"Albanio" (1902-2002)
2002
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