AQUILINO DUQUE GIMENO nació en Sevilla el señalado 6 de enero de 1931. Narrador, poeta y ensayista, este autor es Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, y está en posesión de numerosos premios literarios, tanto por su obra novelística como poética. En poesía, ha publicado "La calle de la luna" (1958), "El campo de la verdad" (1958), "De palabra en palabra" (1968), "El invisible anillo" (1971), "Aire de Roma Andaluza" (1978), "El engaño del zorzal" (1986), " "Las nieves del tiempo" (1993), "Poesía incompleta" (1999), "Entreluces" (2009) y "Reloj de arena" (2011). Entre sus premios, hay que destacar el Ciudad de Sevilla de novela por "La rueda de fuego" (1960), "Leopoldo Panero de Poesía" (1967); el premio de ensayo de la Diputación de Sevilla por "La sombra de Bécquer" (1971), el "Fastenrath" de la Real Academia de la Lengua por su libro de poemas "De palabra en palabra" (1972), el Premio Nacional de Literatura por su novela "El mono azul" (1975), y el José María Pemán de Periodismo por "Enfermedades morales" (1998).
DIALÉCTICA
Somos la inmensa mayoría;
somos todos iguales y mediocres.
Tú, poeta, no olvides que eres masa;
canta en el coro y nunca se te ocurra
salir de formación o adelantarte,
que el que destaca es un insolidario
reo de lesa historia, y tú no debes
olvidar que nosotros olvidamos
piadosamente tus orígenes.
¿Que fuiste un precursor?
¿Que tu palabra precedió a la aurora?
Somos la luz, la eternidad es nuestra.
Vivimos en aurora permanente.
Limítate a cantarla y, si dudases
aún, ven y pregunta, que doctores
tiene la santa madre historia.
¿Qué soberbia es la tuya
de buscar la verdad por cuenta propia?
¿Quién eres tú, que no te basta
esta ración de luz que se te asigna?
Ten calma. Algunas veces la verdad
es históricamente inoportuna.
Es cuestión de aguardar algunos años,
algunos siglos como mucho,
¿y qué son unos siglos cuando piensas
en la paradisíaca eternidad
que ganarás con tu silencio?
Esgrime el arma que te damos
y asesina cadáveres,
momias propiciatorias,
que el mundo de hoy está bien hecho
pues obra nuestra es.
Ya no hay contradicciones:
en nuestra sociedad, sino dialéctica.
Somos progreso, libertad, justicia.
La Historia está de nuestra parte.
Todo aquél que no canta con nosotros
canta contra nosotros.
Este es el juego, si lo aceptas
te leeremos todos, pues en ti
fulgirá, espejo colectivo,
la elevación de nuestro pensamiento.
Si no lo aceptas, abre tu escritorio
oloroso a manzanas putrefactas
y saca esa pistola que despeja
las dudas de una vez y para siempre.
A florecer, rosal planificado.
Y tú, viola tricolor,
flor ojerosa, pensamiento viudo,
no hagas escenas de mal tono
sobre la tumba de ese desdichado
zángano de la superestructura,
de ese poeta anónimo
que no tuvo bastante
con perder las cadenas.
Aquilino Duque
"De palabra en palabra"
1972
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