domingo, 25 de septiembre de 2011

PÁRESE, POR FAVOR, A PENSAR (37)


¿Quién no ha oído alguna vez aquello de: -Te mueves menos que el caballo del retratista de los Jardines de Murillo? Era célebre este lugar de la glorieta de Colón, y aún más su retratero, que ha inmortalizado a varias generaciones de soldados, marmotas y gente cachonda que, sobre todo cuando estaba la feria en El Prado, quería inmortalizarse subido a este caballo, que era más rentable que el cercano del Cid. Tengo en mi archivo  fotos de mi padre cuando era un niño, y mías en época de noviazgo, y de mis tías y primos... El caballo era más famoso que el mejor de las cuadras de los Peralta, y el retratero, que tiraba de él desde el cercano barrio de San Bernardo, aún más que el húngaro Robert Capa. Si aumentan la imagen en su ordenador, verán que el caballo de cartón guardaba en su vientre más elementos que el famoso de Troya. Sus tripas eran un auténtico almacén de papeles fotográficos y de productos químicos para el revelado y la fijación, como el metol y el hiposulfito, aparte del bocadillo de salchichón para el mediodía y el vinillo de Umbrete o Villanueva. 

¡Qué gran canasta hacía este hombre con tan pocos mimbres! Como imagen, su baby blanco impecable y su boina negra, silla plegable, el trípode, del que cuelgan algunos paños y el cubo para el lavado final. Ah, y sobre la silla de madera, el rollo de papel blanco, que servía de telón de fondo para aquellos que querían al instante una fotografía de "carné". ¡Qué tiempos más hermosos! Es parte de una Sevilla que se nos fue, pero que todos gozamos; parte de nuestra infancia, de nuestra juventud y de los últimos coletazos de la madurez; tiempos para recordar y creernos que eso que hoy vemos, a través del objetivo de Holgado, fue algún día verdad. Días ni peores ni mejores, sino totalmente distintos. Buen favor hizo este retratero retratando a varias generaciones de aquellos que se fueron, o de los que, como yo, y los de mi quinta, ya tenemos el pelo como chanquetitos de plata...

Fotografía: José Manuel Holgado Brenes
Texto: Emilio Jiménez Díaz

4 comentarios:

  1. José Manuel Holgado Brenes25 de septiembre de 2011, 12:24

    Este retratero de hoy con la digital colgando de su cuello, quiso entonces, hoy y siempre, rendir un fervoroso homenaje a estos verdaderos héroes de la Fotografía -con mayúscula-, pues con lo difícil que entonces era tal arte, ellos lo hacían todo en poquísimo tiempo, al minuto y además con una sola mano, el revelado y fijado, dentro mismo de la cámara-cajón. Es imposible hoy a la juventud imaginarlo. Algún día, en algún sitio escribiré con mínimos detalles el por qué de esta aseveración.
    Emilio amigo mío, qué bien está eso de "chanquetitos en el pelo"... felicidades por tu poesía innata.

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  2. Lo malo será el día que en vez de "chanquetitos de plata" tengamos sardinas de Huelva, que son más grandes.
    Excelente tu foto del retratero.

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  3. Lo normal es que pronto no tengamos ni chanquetes ni sardinas, sino una estupenda pista de aterrizaje para las moscas.
    Desde luego, la foto y el texto trasladan a otra época que estando a la vuelta de la esquina parece que es del XIX. Aquel siglo duró en España más de ciento cincuenta años... o algo asi.

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  4. Ya mismo, como bien dices, tendremos la pista de aterrizaje a disposición de las moscas y de los cosquis, porque hay que ver la cantidad de ellos que nos están dando en estos tiempos.

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