VII
Tras tu cuerpo de dunas,
un sol desvanecido
perfilaba mis ansias
de que no terminase
su luz agotadora.
Me invadías despacio,
móvil mapa de arena
en donde fui a perderme
sin más guía que el tiempo.
Oh tus dunas errantes,
lascivas e indoloras
sobre mi piel rasgada,
qué túmido horizonte
para un sol tan fugaz
como el de la ventura,
borrándome por siempre
sus puntos cardinales.
María Sanz
"Los cielos tardíos"
2009
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