EL RÍO
LAS EDADES DEL GUADALQUIVIR
(Fragmento)
Todo falucho sin prisa
se matricula en Triana.
No se sabe si los remos
se vuelven cañas o lanzas;
no se sabe si la luna,
por ser luna cornigacha,
se lidia en plaza partida,
si en el cielo, si en las aguas;
si alamares son los peces
de lentejuelas o escamas;
y al pasar junto a Sevilla
en sombra celeste y plata,
¡qué capote de paseo
le da el río a la Giralda!
Adriano del Valle
***
DÉCIMAS DEL GUADALQUIVIR
Desde Cazorla a Bonanza
por aguas de sentimientos,
va la rosa de los vientos
camino de la esperanza.
Y la esperanza que alcanza
lo que en Bonanza alcanzó,
en Cazorla lo empezó
con flores, fuentes y brumas;
de caracoles y espumas
Sanlúcar lo terminó.
Por Jaén en su agua-miel
pone esmeralda el olivo,
-agua fresca, cauce vivo-
para recrearse en él.
El cielo pone un dosel
de aguamarina prudente
y se lleva en la corriente
al Santo Rostro en su espejo
y así nace, de reflejo,
esmeralda, cielo y fuente.
En Córdoba ya se acuna,
el pez salta y se hace puente
y Séneca da su frente
a las olas, una a una.
El moro tiende su luna
y hace plata y surtidores.
Un San Rafael de amores
con el pez moja sus manos
y a todos los hace hermanos
sobre un río de rumores.
Sevilla ya es otra cosa.
Lo corta, parte y consiente
que se lleve la corriente
hacia otro tallo su rosa.
Pero Triana es hermosa
y le canta soleares.
Sevilla embarca cantares
que va poniendo en su orilla
y por Triana y Sevilla
su fama se va a los mares.
Desde el puente de Triana
manda su imagen la torre.
Por el río corre y corre
navegando la mañana.
Y cuando llega a Doñana
viste de pinar su altura
y la Giralda que albura
se hace en Sanlúcar presencia
y así se acorta la ausencia
por un cauce de ternura.
Bonanza y el Coto enfrente.
Ya el río perdió su talle,
lo fue dejando en el valle
al compás de la corriente.
Pero Sanlúcar se siente
más marinera y graciosa,
pues se adorna con la rosa
del río que el mar deshace
y en su orilla pisa y pace
un red de mariposa.
La Andalucía del reflejo
por el río -mar salobre-
deja su sangre de cobre
sobre Sanlúcar de espejo.
La cal se hace azulejo
y horizonte en su memoria.
El pueblo espuma de gloria
para elevarse en su orilla
y con sal y manzanilla
termina el río su historia.
Manuel Lozano Hernández
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