martes, 30 de agosto de 2011

PÁRESE, POR FAVOR, A PENSAR (22)


Todo es luminoso en esta mañana sevillana y, por la empinada calle de Francisco Bruna, el sol cuela sus rayos a raudales avivando el rosa palo de la fachada de Cajasol, los colores metálicos de coches y furgonetas y hasta el grafitti del horrible contenedor de vidrios, pero, en la zona donde la sombra pone la marca del lateral de la antigua Audiencia, aún se aviva más la luz con el paso de las Hermanas de la Cruz, esas silenciosas discípulas de Madre Angelita que, envueltas en la humilde estameña, de seguro que caminan para cumplir algunas de sus desinteresadas normas: ser providencia para los pobres, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, buscar casa al peregrino o visitar y cuidar a los enfermos, considerando a los pobres como sus verdaderos amos y señores.

Decir Hermanas de la Cruz en Sevilla, es decir gozo y luz, amanecida y esperanza, resurrección y alegría. Hasta los propios republicanos, en aquellos difíciles años que la historia nos recuerda, se rindieron con suprema generosidad ante la gigantesca obra de nuestra santa Ángela, haciendo constar oficialmente el sentimiento de la Corporación por su muerte y poniendo su nombre a la llamada calle Alcázares. 

No hay barreras para el amor y el sacrificio anónimo de estas santas mujeres, amor que Sevilla les devuelve cuando pasan por sus calles, camino de algún sitio donde la caridad apremia. Porque son ejemplo de virtudes, ahí las tienen pateando la ciudad, profesa y novicia, haciendo que una parte de la calle en sombras ilumine más que donde el sol resbala sus perfiles matutinos de agosto.

Fotografía: José Manuel Holgado Brenes
Texto: Emilio Jiménez Díaz

4 comentarios:

  1. ¡Que contraste!.Los avarientos jurdós frente a frente de la generosidad y la pobreza. Cristal ventanero por medio de la alpaca inglesa y la corbata ejecutiva frente al paño pardo,basto,grueso, barato. El stress frente a la tranquilidad de espíritu. Todo un documento para hacernos recapacitar. Estas abejas de Dios salen y se recogen, en Sevilla capital, en esa Santa Colmena -era casa de los Condes de Halcón- donde nació un admirado nuestro y del cual somos seguidores,Fernando Villalón.

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  2. Habitan, como tú dices, en la casa de Fernando Villalón, casa llena de duendes y, hoy, de auténtica santidad.

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  3. José Manuel Holgado Brenes30 de agosto de 2011, 12:50

    Bendita sea tu alma, Emilio que hablas así de las hijas de Madre Angelita, ella te lo premiará pidiendo por tí y los tuyos al Señor, que bien sabes que nada, bueno o malo, quedará sin su justicia.
    Las hermanas queridas ya en el mundo entero, suben por una de las pocas cuestas de Sevilla y un triste gamberro pintado en el bocoy del cristal, las amenaza con saña, la envidia satánica que no falte, aunque sea en caricatura.

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  4. Yo les tengo verdadero cariño a estas Hermanas de la Cruz a las que tanto quiere Sevilla.
    En mi mesa de trabajo, aparte de un crucifijo que mi padre me trajo de Jerusalem, está acompañándome la madre Angelita.

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