miércoles, 31 de agosto de 2011

DESDE MI TORRE: LA MUERTE DEL VAPOR "ADRIANO"


Por la radio me enteré ayer noche de que a las seis de la tarde, aproximadamente, el vapor "Adriano III", que hacía varias veces la ruta diaria de El Puerto de Santa María a Cádiz, atravesando la bahía, acababa sus últimos días de vida al chocar contra el malecón de atraque del muelle Reina Victoria gaditano. He sentido el dolor de una profunda pérdida, la de algo tan familiar como aquel vaporcillo con el que tantas veces me entusiasmaba de pequeño acompañando a mi padre en esa travesía, y que, después, en varias ocasiones, he vuelto a repetir con mi hijos. Su capitán, un viejo marinero, tostado por el sol y el salitre, era el que te cobraba el billete, el que quitaba las amarras, el que llevaba el barco y el que, al mismo tiempo, te vendía la cerveza fresquita mientras los pistones de la máquina no paraba de cesar ni un solo momento. Decía mi amigo Manuel Garrido, en aquellas sus "sevillanas" gloriosas, que algo se muere en el alma cuando un amigo se va. Hoy, por desgracia, mi vida, a la que ya le van quedando pocas cosas, se ha quedado huérfana de uno de sus recuerdos más hermosos: el de la sencillez placentera del "Adriano", un barquito al que canté en mi libro "Amor entre mar y piedra". Decía así, aquel lejano recuerdo:

  VAPOR “ADRIANO” DE MI NIÑEZ

¡Adiós, vapor Adriano, 
navajeando el horizonte 
por la mañana temprano! 

¡Quién se volviera a montar 
-infantiles las pupilas- 
en tu caballo de mar! 

Si yo volviera a nacer, 
de nuevo me subiría 
en tu proa, como la vez 
que la vida yo sentía 
navegar bajo mis pies. 

Pero mi vida se fue 
siendo siempre menos mía... 
Aunque nunca olvidaré 
aquellos azules días 
en tu montura de nuez 
cabalgando la bahía. 

¡Adiós, vapor Adriano... ! 

(Recuerdo de una niñez 
que se marchitó en mis manos 
y que nunca ha de volver)

Emilio Jiménez Díaz

2 comentarios:

  1. En ese mismo vapó/tengo una fotografía/con una gafa de sol/voy cruzando la bahía. Con mi pañolito al cuello/que la garganta se enfría/y un jipi-japa gadita/voy cantando una alegría/ que pena que esté sin vó/la puta fotografía. La letra era populá/referente al inventó/llevando bien el compá/cantan gitano y gachó. "Er barquito de vapó/esta jecho con la idea/que enechándole carbón/navegue en contra marea". Es mi homenaje, picha.

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  2. Hermoso homenaje a este vaporcito tan singular, en el que tantos y tantos días de gloria disfruté de pequeño y de mayor. Deberían hacerle un monumento en el muelle de El Puerto de Santa María.

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