EL RELOJ DE VILLALÓN
(Blando con las espigas y duro con las espuelas)
Aristócrata, conde y gran poeta,
teósofo, agricultor y ganadero,
hombre cabal, telúrico y entero,
de más campo que el campo su silueta
de garrochista único. Esteta
que al toro cría para algún torero
que quiera ojos verdes, astas de acero
y su vida o su muerte comprometa.
Quiso -en el testamento dejó escrito-
ser enterrado con su reloj andando
para ir desde aquí al infinito.
Bohemio natural, maldito, mito,
casta de las marismas fue Fernando,
tierno y duro cual piedra de granito.
Emilio Jiménez Díaz
Fernando Villalón fue todo lo que has recogido en este tu poema que huele a campo, a accesoria de maestro relojero,a bohemia, a librería de viejo y por supuesto a surrealismo de verdad, no buscado. Fernando Villalón era todo eso menos tonto e iluso,además era un buen ganadero, nunca quiso criar toros con los ojos verdes. Sí con los cuernos verdes, el creía que cruzando sus toros con vacas de media sangre mansurronas de las marismas, las mostrencas,no habría ningún torero que pudiera con sus toros, era la idea del ganadero de entonces, todavía no había llegado la selección para el toro bobalicón de hoy. Por eso ningún torero y tenía muchos amigos entre las figuras del toreo le lidiaban sus toros. Esta discusión la tuve con Salvador Távora en una feria del toro, dedicada a Fernando,donde el reclamo era un cartelón con un toro con los ojos verde esmeralda como los que tenía Pastora Imperio. Tengo en casa cuernos de las mostrencas y en efecto, al limpiarlos un poquito, por la mitad hasta la mazorca tienen el color verde botella o el de las bellotas cuando están verdes. Pero estoy de acuerdo en que no se deben destruir hermosas leyendas y ésta lo es. Te felicito por acordarte de un olvidado de los del 27.
ResponderEliminarEs uno de mis poetas de cabecera. Lo llegué a amar y comprender mejor a través de Manolo Barrios y de su familiar Manuel Halcón. Su poesía, sin ser demasiado culta, tiene un no sé qué que atrae, quizás por lo que tú dices de mi soneto: huele a campo y a palo de majagua, a campiña, a marisma y a diligencias prestas para los contrabandistas. Dentro de la poesía de nuestro Sur, nadie puede (o debe) olvidarse del gran Fernando Villalón.
ResponderEliminarTú lo retratas muy bien, Emilio, y eso un alma sensible y predispuesta como la nuestro querido Ferca, lo capta.
ResponderEliminarEn la calle Ximénez de Enciso, corazón del barrio de Santa Cruz, un sobrino de Villalón tenía montado un pequeño museo con las cosas del poeta. Lo visité con el maestro Barrios, gran devoto y divulgador suyo como bien sabes, y quedó grabado para uno de los programas "De Calle". Muchos sevillanos, como yo, lo conocieron entonces porque era como un tesoro oculto.
Que alegría saber que sois los dos seguidores de Fernando Villalón como yo. Un día hablaremos de él. Si teneis tiempo os digo que visiteis en el barrio de la Judería de Sevilla la última vivienda que tuvo Fernando antes de marchar a Madrí, plaza de San Bartolomé nº1, pared con pared -en un rinconcito- con la casa donde nació y se crió Miguel de Mañara, me parece que todavía está en pié, allí le sucedió la famosa anérdota con su secretario/administrador cuando éste murió. Si no la sabéis un día os la cuento. Fernando era licenciado en derecho, creo que escribía así adrede porque las normas se las pasaba por el arco del triunfo.
ResponderEliminar...Diligencia de Carmona, la que por la vega pasa.
ResponderEliminar¡Genial!
La figura de Villalón es ciertamente única, Lástima que no he podido contemplar lo que tú, Ángel. De siempre me llamó la atención este personaje singular, y mucho más tras haber conocido a los "Halcones". Desastre de familia.
ResponderEliminarConservo el teléfono del sobrino. Un día podemos organizar una visita al salón museo de Ximénez de Enciso.
ResponderEliminarSiempre es gratificante hablar de Villalón. En la casa convento de las hermanas de Santa Ángela, en la calle de su nombre, también grabamos el patio donde jugó el poeta de chiquillo.
Ignoraba su domicilio en San Bartolomé. Pues lo dicho.
Pues la idea es fenomenal. Podríamos programarlo para otoño. ¿Te parece bien?
ResponderEliminar¿Y a mí no me invitáis?. Ángel,coño. Emilio, a mí que te traigo una genial estrofa de Fernando. Está escrita para la Giralda y la Catedral, pero como en Sevilla hay dos catedrales si contamos la de Triana puede servir perfectamente también para tu torre y no creo que Fernando se enfade aunque era partidario de Joselito.
ResponderEliminarOriginalmente:"La Torre duerme de pie/y la Catedral tendida/que la Giralda es la vida/y la Catedral la fé".Fíjate que arte. Quitando Giralda y poniendo Torre sirve para las dos.
Tú estás siempre invitado, Antonio. ¿Que íbamos a hacer sin ti en la casa de Villalón si tú eres el pontífice de la tauromaquia andante?
ResponderEliminar... pues claro; cómo ir sin Antonio.
ResponderEliminarYa he rescatado el teléfono, y si Manolo Barrios estuviera con ganas y fuerzas, pues fijaros.
Queda anotado en la agenda del otoño.
Nos emplazamos para esa fecha, y ojalá pudiera venir mi maestro Manuel Barrios, tan de Villalón como nosotros.
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