ESTACIÓN A LA MUERTE
Dime de que estación partí a la muerte
y qué día llegará mi tren expreso
a la estación final del universo
en la que no he de amarte ni he de verte
ni siquiera en el sueño poseerte
ni robarte el prometido beso
penúltimo y gozoso. No hay regreso
para este tren: cansado, yerto, inerte.
Yo me iré a no sé dónde, vagabundo,
sin saber si al final alguien me espera,
si Dios está detrás de tantos lutos.
Ya sólo dormiré un sueño profundo
después que se agotaran en mi esfera
muchos años, millones de minutos...
Emilio Jiménez Díaz
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