No, no publico esto para que me felicitéis, si acaso para que me deis las gracias de que, por mor de mi nacimiento, todos tenéis una paga extraordinaria: la célebre del 18 de julio. No, no es eso. Quiero contaros que es uno de los días más felices de mi vida, y también uno de los más tristes porque es otro taco de almanaque en las espaldas. La mayor felicidad es que mi hermano adoptado, Santi Romatet, viene todos los años, allí donde estemos nosotros, a celebrar nuestro cumpleaños, porque también es el suyo, aunque con cuatro añadidos. Nos reímos a tope, lo disfrutamos a raudales y, ya con alguna copa de champán en lo alto, entonamos el himno final de las fiestas pamplonicas: "Pobre de mí, pobre de mí...", o nos estiramos, con la guitarra de mi hijo Pablo, por algún estilo de Huelva. Depende de la borrachera.
Llevamos más de 30 años celebrándolo, así que el consejero titular de turno lo va a tener que declarar como fiesta de interés turístico o algo por el estilo. Lo hemos celebrado en Isla Cristina, en la sierra de Cazorla, en Matalascañas, en mi casa de la calle Alfarería, en Córdoba, en el desaparecido Quiosco de las Flores en el Altozano... La entrega de los regalos es una auténtica liturgia en la que los regalos que llamamos "serios": libros, cuadros, etc., se alternan con los cachondos más inesperados. Por norma, yo tengo que regalarle cosas del Real Betis Balompié, de los que tiene un auténtico museo en su casa de Francia y en Navarra, el toro de peluche más feo que me encuentre -también tiene un museo de toros que no pasarían de la primera purga del veterinario-, alguna que otra baraja de carta de colección -siempre le compro la misma baraja-, camisetas sobres temas taurinos o de Andalucía y los más recientes libros que sobre Sevilla o nuestro Betis hayan salido al mercado. Lo peor son sus regalos. Tras los "serios" de libros que él sabe que me gustan, me trae unas camisas del Caribe que no me puedo poner si no quiero que me tiren piedras por las calles y me echen del bar vecino; unas gorras eróticas no ponibles; unas calzonas de la misma índole; un Indalo almeriense -del cual tengo una auténtica colección-, y cosas por el estilo. Ni que decir tiene que la entrega de los regalos está regada y bien regada con el riquísimo champán francés que también trae él como regalo comunitario. ¡Así acabamos!
Lo de menos, aún siendo importante, es esto. Lo que tiene más valor es la cantidad de años en los que seguimos manteniendo nuestra amistad y la casualidad vital que se ha dado para ello. Él no tiene hermanos y yo tampoco. Él, aún siendo francés es un devoto del Betis, y yo también. Somos los dos seguidores del Barcelona, amamos la Literatura, nos gustan los toros, sentimos el Flamenco -él dirigió un programa de radio en Francia con esta materia, y yo también en Sevilla-, amamos la música y nos gusta el cachondeo. ¿Se pueden dar más casualidades?
Nos hemos visto jóvenes celebrando este acto anual, y ahora, aunque más viejos, el espíritu persiste. ¡Que Dios quiera que sea por muchos años!
Pues nada no te felicito. En mi cumpleaños, que no lo voy a decir, apago el móvil, desconecto el fijo y ese día me acuesto y saben en mi casa que no me llamen ni para comer. Me cae bien tu hermano, hasta en foto se ve la clase y si tú lo cuentas me lo creo. Felicitaré a tu hermano que no ha dicho nada sobre felicitaciones, pero una cosa Emilio, decid que os gustan los espectáculos taurinos, no los toros, los toros le gustan a las vacas. Te cuento, un ganadero de Sevilla,amigo mío, ganadero de mansos para carne, fue a Francia y compró un camión de vacas de mejora. Eran los tiempos de las vacas locas y la entretuvieron en la fronteroa dos o tres días hasta que decidiero que le hicieran analíticas en los laboratorios locales y si daban positivo al matadero de cabeza. Cuando pasaron de Despeñaperros para abajo divisaron en una loma al toro de Osborne y se pusieron todas a a cantar: "No estamos locas/sabemos lo que queremos....". Hoy estoy de nurse, de tata, no me he podido mover de aquí con mi nieto, por eso escribo a la hora de la siesta,ssssss... está dormido. Por cierto a la paga que mencionas le decían en tiempos "La Salvaora". Feliz día. Te he escrito esta tontería como regalo y para que sonrías. Un abrazo.
ResponderEliminarPues nada no te felicito. En mi cumpleaños, que no lo voy a decir, apago el móvil, desconecto el fijo y ese día me acuesto y saben en mi casa que no me llamen ni para comer. Me cae bien tu hermano, hasta en foto se ve la clase y si tú lo cuentas me lo creo. Felicitaré a tu hermano que no ha dicho nada sobre felicitaciones, pero una cosa Emilio, decid que os gustan los espectáculos taurinos, no los toros, los toros le gustan a las vacas. Te cuento, un ganadero de Sevilla,amigo mío, ganadero de mansos para carne, fue a Francia y compró un camión de vacas de mejora. Eran los tiempos de las vacas locas y la entretuvieron en la fronteroa dos o tres días hasta que decidiero que le hicieran analíticas en los laboratorios locales y si daban positivo al matadero de cabeza. Cuando pasaron de Despeñaperros para abajo divisaron en una loma al toro de Osborne y se pusieron todas a a cantar: "No estamos locas/sabemos lo que queremos....". Hoy estoy de nurse, de tata, no me he podido mover de aquí con mi nieto, por eso escribo a la hora de la siesta,ssssss... está dormido. Por cierto a la paga que mencionas le decían en tiempos "La Salvaora". Feliz día. Te he escrito esta tontería como regalo y para que sonrías. Un abrazo.
ResponderEliminarPara recordarme mi cumpleaños me has puesto el mensaje dos veces, Antonio. Muchas gracias por esa humorística felicitación. La pila de años ya no me la quita nadie.
ResponderEliminarUn abrazo.
Emilio un abrazo y felicidades
ResponderEliminarManolo Damas
Un gran abrazo, Manuel. Me debes por lo menos diez cervezas. Bueno, alguna la pagaré yo.
ResponderEliminarBesos a tu familia.
Felicidades "blogueras" con un día de retraso. Espero que la paga doble del 18 de julio te de para un par de botellas de manzanilla.
ResponderEliminarDale un abrazo a Santi y felicítalo de mi parte por el gusto tan exquisito con las camisas. Siento vuestra devoción por el Betis.
Un abrazo.
Las camisas son para que nos metan en la cárcel, y de las gorras no te hablo. Vaya, vaya la de este año.
ResponderEliminarSiempre sobra para un par de botellitas.
Gracias por la felicitación.