Si los ojos es verdad que hablan, como dicen, pocos habrán hablado con tanta intensidad como los de esta jerezana singular llamada Lola Flores. Ojos dagas y puñales, ojos volcán y fuego, ojos retadores, ojos de "aquí estoy yo", ojos negros que pueden esclavizar a cualquiera como dice en esta copla de su autoría José Luis Rodríguez Ojeda:
Yo voy a estar de por vía
en tu mirá prisionero,
porque me paso los días
pensando en tus ojos negros,
que son las cadenas mías.
Ojos negros para tirarse al río en la desesperación, tal como anotó Antonio Machado Álvarez "Demófilo" en su "Colección de cantes flamencos" (1881):
Yo me voy a echá a un río
por unos ojos, negriyos rajaos,
que a mí me han perdío.
Hay algunos hombres, un poco brutos, que las metáforas les salen a medias. Lo podemos ver en esta copla anotada por Álvarez Curiel en su "Cancionero popular andaluz" (1991):
Tienes unos ojos negros,
más negros que el azabache,
y una carita más blanca
que la leche que mamaste.
Hermosísima es esta soleá de Manuel Machado, publicada en su libro "Cante hondo" (1912):
Unos ojos negros vi...
Desde entonces en el mundo
todo es negro para mí.
Unos ojos negros como Dios manda vuelven tan loco a un hombre como para hacerlo pasar por la vicaría. La letra la registra Gabriel María Vergara en su libro "Mil cantares populares amorosos" (1921):
Unos ojos negros vi
en una cara morena,
la vida me falte a mi
si no me caso con ella.
El cancionero "El pueblo andaluz" nos da algunas pautas sobre los ojos negros en esta seguidilla:
Unos ojillos negros
y adormilados
es preciso quererlos
a ojos cerrados,
porque es preciso
que unos ojitos negros
tengan hechizo.
Los ojos cautivadores tienen su copla en ésta recogida por Álvarez Curiel:
Unos ojitos negros
me han cautivado,
¿quién dirá que los negros
cautivan blancos?
Ojos negros capaces de volver loco a un hombre al que le gusta lo moreno. La copla la anota en su cancionero Gabriel María Vergara:
Una morena me mata,
otra me quita el sentido
y una de los ojos negros
me tiene loco perdido.
Ojos negros como símil de luz vivificadora en la copla registrada por Manuel Garrido Palacios en su libro "Alosno, palabra cantada"(1992):
Un sabio dijo al morir:
Dame luz, si no me muero.
Y murió porque no vio
la luz de tus ojos negros.
Ojos negros que siempre cometen el delito de ser bellos en la copla de Salvador Rueda:
Tus ojos son un delito
negros como las tinieblas,
y tienes para ocultarlos
bosque de pestañas negras.
Ojos dignos de pertenecer a una Virgen como esta de la ciudad de Jerez, en la copla anotada por "Demófilo":
Tu cara es morena
y tus ojos negros;
me paresistes la Binge der Baye
la que está en Santermo.
Ojos negros que matan hasta en sueños, como reza la copla que Fernán Caballero anotó en 1861:
Anoche soñaba yo
que dos negros me mataban
y eran tus hermosos ojos
que enfadados me miraban.
Ojos negros y todo negro en la copla de Soledad Fernández, publicada en el libro "De la tierra al aire" (1992):
Negros tus ojos,
negro tu pelo
y negros los minutos
que no te tengo.
Ojos negros inspiradores de una soleá tan hermosa como esta, origunal de Julio Porlán:
Niña de los ojos negros:
tus palabras por la tierra,
tus suspiros por el suelo.
Ojos negros a los que se acusan de ladrones y asesinos en la copla recogida por Manuel Garrido Palacios:
Ojos negros robaores
cómo no os confesáis
de muertes que habéis hecho,
de las almas que robáis.
Ojos negros para un hermoso y blanco llanto en la copla anotada por Gabriel María Vergara:
Por más que pienso y repienso
nunca me explico la causa
que siendo tus ojos negros
produzcan perlas tan blancas.
Ojos negros peligrosos dispuestos al disparo pronto en la copla del poeta malagueño Salvador Rueda:
Entre escuadrón de pestañas
se mueven tus ojos negros,
y cada vez que me miran
parece que dicen: ¡fuego!
Ojos negros para quitar las penas en una sola mirada, tal como recoge el cancionero andaluz:
Sufro por los ojos negros
de una gitana morena,
sólo con verlos me alegro
y se me quitan las penas.
Ojos negros para condenarlos por asesinar con sus miradas:
Me has causado tanto daño
que si yo hiciera las leyes
a todos los ojos negros
pondría pena de muerte.
Ojos negros del amado en la copla que anota Álvarez Curiel:
Los ojos de mi moreno
son negros de punta a punta
y el día que no los veo
cielo y tierra se me juntan.
Ojos negros y grandes para el símil de la copla anotada por "Demófilo":
Los ojos e mi morena
se paesen a mis males,
negros, como mis fatigas,
grandes, como mis pesares.
Ojos negros más duros que el dimanate, en la copla de José el de la Tomasa, publicada en su libro "Alma de barco" (1990):
Mi corazón es duro
que to lo aguantaba,
sólo se hiere con tus ojos negros
cuando me miraban.
Ojos negros, nuevamente matadores, en la hermosa soleá de Ginés Jorquera, publicada en su libro "Hablando pa mi solo" (2005):
Tu delito más pequeño
es matar con la mirá
d'esos dos ojitos negros.
Ojos negros teñidores de la bahía gaditana, tal como dice la copla de Antonio Rincón Muñiz, publicada en su libro "Alconchel" (1989):
Las aguas de La Caleta
tienen el color del cielo,
cuando la miran tus ojos
se ponen de color negro.
Ojos negros que producen enfermedades en la copla anotada por "Demófilo":
Unos ojos negros fueron
causa de mi enfermeá,
no quiero más ojos negros
que me tiran a matá.
Ni ojos negros ni ojos azules. Desconocemos de qué color eran los de la morena de esta copla que anota Gabriel María Vergara, pero sinceros sí tenían que ser:
Los ojos negros son falsos,
los azules embusteros,
los ojos de mi morena
son firmes y verdaderos.
Y por hoy ponemos fin a este segundo recorrido que hemos realizado acompañados de ojos negros. Mañana, seguiremos sacándole coplas y más coplas al inagotable cancionero andaluz.
¡ Menuda mirada felina la de Lola Flores !
ResponderEliminarComplicadísimo que no penetre en el pensamiento...
Desconozco el motivo por el cual le llamaban "La Faraona",aunque por su poderío y maestría sobre un escenario, lo imagino, pero ésa salvaje mirada es de "faraona" vitalicia. Como vitalicio fue su reinado y su legado.
Es sensacional esa mirada. Lola tenía fuego en los ojos. Le llamaban "La Faraona" porque siempre se ha hablado de los faraones como "lo más". Y ella lo tenía de sobra.
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