SOLEDAD
Más blanca que una azucena,
Soledad, yo a ti te he visto,
llorando y muerta de pena,
en el entierro de Cristo
por las calles nazarenas.
No llores, no sufras tanto,
tu Soledad no está sola,
Sevilla te quiere tanto
que va cerca de tu manto
cual candelabro de cola.
Emilio Jiménez Díaz
(1993)
No hay comentarios:
Publicar un comentario