EN LA MUERTE DE
RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO
Rafael Fernández Pombo me revela
el corazón profundo de La Mancha
y en su palabra alta, clara y ancha,
La Mancha, vino a vino, se me enciela.
Que su verso de luz desencarcela
mi mirada y el mundo se me ensancha
en la dura ciudad donde se aplancha
mi sombra a ras de asfalto, plomo y suela.
Rafael Fernández Pombo, nunca muerto;
vivo siempre en su verso renaciente
y con alma de noria musical.
Tan ubérrimo él, viril y cierto
en su poesía hermosa y transparente
donde La Mancha es surco sideral.
México D. F. 5 Abril 2011
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