UN SERVIDOR DE USTED
Mañana será pronto, demasiado pronto,
porque aún rojos desangran los claveles
de la ausencia,
de la lejanía,
del “ya no nos veremos”.
Tal vez mañana no, pero pasado mañana
te iré buscando de nuevo por los sitios de siempre,
por las mismas losetas de otros días,
por idénticas sombras,
por las hermosas esquinas del recuerdo
que tan sólo tú y yo sabemos de memoria.
Si me acuerdo de Ronda te veo a ti:
diosa de amor, Venus reverdecida en una primavera
que le puso rosales al invierno.
Si me ofrecen champán, al dolor de tu ausencia
le ofrezco mis burbujas y se vidrian mis ojos.
Si paso por Itálica, recuerdo aquellas manos
enlazadas a un tiempo, de caricias recíprocas,
mientras Victorio Gassman nos recordaba a Shakespeare.
Si paso por tu puerta, me da vueltas la vida
y creo que estás allí, como la vez aquella
que nos fundimos el uno con el otro.
Un servidor de usted, mi bella ausente,
te busca por los quicios que un día fueron nuestros.
Cuando te encuentre, quiero amarrarte en sueños
para que no te vayas, para que no te vayas.
Emilio Jiménez Díaz
"Pan de invierno" (1985)
Pero que muy hermoso libro, Emilio.
ResponderEliminarY muy antiguo, Ángel, de cuando uno aún tenía ganas de enamorarse.
ResponderEliminar