lunes, 28 de febrero de 2011

DESDE MI TORRE: ¿EL DÍA DE ANDALUCÍA?


      Cuando llega este día y la Junta de Andalucía lo celebra a bombo y platillo, me paro a meditar pensando en qué hay que celebrar. Aquella ilusión colectiva del referéndum de 1980, que nos dejó un muerto en el camino, se ha ido desvaneciendo hasta convertirse en el fruto de un mal sueño al que podríamos llamar pesadilla. Como decía Francisco Rosell de Manuel Chaves, han sido treinta años de nada. Aunque afilando el lápiz, dándole la vuelta a la frase, podríamos decir que han sido treinta años de muchas cosas, de muchas desilusiones y desesperanzas.
      Los que siempre hemos creído en el potencial de Andalucía, en sus hombres y mujeres, en su cultura, en las ventajas de su diversidad geográfica, en su posible potencial económico, y en sus marcadas señas de identidad, nos hemos sentido estafados en estas tres décadas en las que sólo hemos podido contemplar la pérdida de nuestros activos en todos los órdenes, la implantación de una nueva dictadura disfrazada de un falso socialismo, el robo sistemático de las arcas públicas, la alienación de las personalidades, el culto desmedido al Poder, la vulgarización de nuestros más sensibles elementos, la indefinición de nuestro panorama socioeconómico, la orfandad de nuestros valores, la crecida del paro en oleada alarmante, el tunel sin salida de una juventud que se agota sin saber en qué emplear sus manos y su inteligencia, la miseria en la que viven miles de ancianos que sudaron para ver un mañana mejor, la falta de un esquema progresista, la justicia dormida y favorecedora de los poderes fácticos, el sarampión funcionarial de los recomendados, la necesidad, la miseria, la apatía, la indignidad de la clase política...
      ¿Esto es lo que hay que celebrar? 
      Se nombra a Alfonso Guerra -en estos días en los que ellos mismos se homenajean entre sí- como Hijo Predilecto de Andalucía para "reconocer a una figura de primer nivel en la escena política española en la transición", según Mar Moreno, consejera de la Presidencia, ignorándose, vergonzosamente, que él mismo había nombrado virrey a su hermano, propiciando el primer gran caso de corrupción política en nuestras fronteras naturales, sin que la justicia, por supuesto, se impartiera férrea como a cualquier hijo de vecino. Se le da este título a quien ha dicho -ignoro si recordando sus tiempos de actor y director del grupo Esperpento- que "Andalucía ha experimentado en los últimos 30 años un salto cualitativo excepcional". Y lo ha dicho sin ruborizarse, sin sentir la más mínima vergüenza. ¿Salto cualitativo en una región que "goza" de más de un millón de parados? ¿Salto cualitativo en una Andalucía que "contribuye" con más de un 20% a la suma del paro general del país? ¿Salto cualitativo en una región en la que más de 300.000 -casi una ciudad como Córdoba completa- no recibe ningún tipo de subsidio y "viven" de la pobreza más absoluta? ¿Salto cualitativo cuando el IFA (Instituto de Fomento de Andalucía) ha arruinado buena parte del tejido empresarial andaluz? ¿Salto cualitativo cuando contemplamos con estupor las subvenciones a  los propios familiares de los dirigentes, el fondo de reptiles, los casos de facturas falsas y los cientos de implicados políticos (que se irán de rositas) en malversación de fondos y caudales públicos, designaciones a dedo y otras tropelías?
      ¿Esto es lo que hay que celebrar?
      Si hace 31 años nos dicen en qué iba a acabar el salir a la calle con la más marcada de las esperanzas, de seguro que nos hubiésemos quedado en casa viéndolas venir. Les dimos a nuestros políticos un cheque en blanco que se han ido gastando a su antojo, volviendo el pueblo al sistema feudalista más oscuro. Estamos, como dice el gran periodista amigo, Francisco Robles, en un nuevo Régimen. No otra cosa es el sistema que nos gobierna. O conmigo o contra mí. La mentira sólo puede mantenerse un tiempo, pero a los gobernantes andaluces ya se le ha descubierto hace mucho y no pueden mantener el crédito.
      La vergüenza es parte de la conciencia del hombre, mas estos que nos gobiernan se han reído de nosotros, aunque ahora anden temerosos. En el fondo, saben que Andalucía es tierra brava, y que cualquier día, el que menos se espere, saldrá de nuevo a la calle como aquel 28 de febrero, pero ahora con la esperanza de echar de nuestra tierra, a la que tanto amamos, a tantos bandoleros como pisaron y esquilmaron su solar.
      Este sí sería un buen motivo para celebrar por todo lo alto el Día de Andalucía.

6 comentarios:

  1. Emilio leo con rabia tu desahogo,porque la verdad es que todo lo que cuentas nos ahoga de pena y de dolor y hay que echarlo fuera como sea.
    Ojalá encontremos entre todos las herramientas necesarias para construir una Andalucía mejor,pero lo primero,lo principal,lo urgente es hacer desaparecer a toda jauría y si entran otros,alterar si es necesario los conceptos jurídicos y vigilarlos estrechamente hasta que demuestren que no son culpables de nada en sus gestión.
    Un saludo

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  2. Cuando unos políticos no quieren ni oír hablar de una comisión de investigación -tan en el caso de los ERE- ¿cómo se pueden alterar los conceptos jurídicos si ellos son los que los votan?
    Así debería ser, pero nos quieren vender unas milongas que ya nadie se las traga.
    Y lo malo es que la única rueda de repuesto que tenemos es el voto en blanco.

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  3. Pues sí, Emilio, esta es la triste realidad de nuestra matria Andalucia. Hoy, mientras viajaba hasta Cádiz, escuchaba aquellos primeros discos de Carlos Cano y sentia como aquellas letras de hace más de 30 años siguen estando vigentes. El paro, el pelotazo, el enchufismo y la misería que rodeaba a Andalucia siguen si desaparecer pese a los 30 años de dictadura socialista. Lo de los premios y medallas por el día de Andalucia resulta asombroso, ¿cómo es posible que se nombre hijo predilecto a una persona que lleva viviendo de la política y poniéndola al servicio de su familia y amigos desde 1977? ¿No fue Alfonso Guerra el que dimitió del gobierno por el escándalo de su hermano el asistente?

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  4. Te recomiendo el libro de Francisco Rosell "30 años de nada". No tiene desperdicio. El ex presidente Chaves se querelló con él, pero Paco ganó la partida.
    Ya está bien de tantas tropelías, pero lo que no soporto es que se crean que somos tontos y sigan haciéndonos creer en su inocencia.
    Sí, sí, Guerra fue el que dimitió..., pero sigue cobrando del presupuesto.

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  5. Yo tampoco sé cuál es el camino para salir del pozo en el que nos siguen metiendo cada día. No hay ninguna alternativa política actual, y han hecho muy bien su trabajo de convertirnos en seres incapaces de asociarse en pro de nuestros intereses y su defensa.

    Hoy más que nunca deberíamos cantarle a nuestros políticos nuestro himno:

    "los andaluces queremos,
    volver a ser lo que fuimos
    hombres de luz que a los hombres,
    almas de hombres les dimos.
    Andaluces,
    levantaos,
    pedid tierra y libertad
    sean por Andalucía libre
    España y la Humanidad"

    El espíritu de aquellas primeras voces que elebaron al cielo este canto, aún sigue impregnado en él, y vuelven a volar cada vez que un andaluz pone en sus labios una estrofa, esperemos se apodere de nosotros, algún día... ese día, los políticos si comenzarían a temblar de verdad.

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  6. Sólo se sale del pozo con honestidad y honradez, pero para ellos es un tema muy difícil emplear el Poder en favor del pueblo. Siempre dicen que la caridad empieza por uno mismo. Y es lo que hacen. ¡Cosas!

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