
Cuando van a comenzar las doce campanadas creemos que un año nuevo se abre ante nuestros ojos y que es el momento para soltar el lastre de los trescientos sesenta y cinco días pasados, sin pensar que en cada minuto nos nace un nuevo año. A partir de las doce comienza el gran camino de las mentiras: dejar de fumar y beber, ir al gimnasio, ser más bueno..., promesas y promesas que pronto han de romperse a la más mínima excusa. Ni muere ni nace nada, sólo una fecha en el calendario, un día más, veinticuatro horas a las que cada uno siempre ha dado y dará su propio afán.
Si nos agarramos a las tradiciones y decimos que sí, que verdaderamente se ha acabado 2010 y que empieza otro ciclo, bien haríamos en echar la vista atrás para intentar olvidar un año dificilmente inolvidable: la crisis, el paro masivo, la enorme destrucción de empleo, las miles de familias en la más cruda miseria, la juventud sin futuro, los peores estadistas en la más reciente historia de nuestro país, el robo de cualquier mínimo derecho a la clase trabajadora, el intervencionismo brutal del Estado en un sistema que aún se empeñan en llamar democrático cuando sabemos que se está encaminando a todo lo contrario, la corrupción de muchos políticos, el negro horizonte al que no se le ve un atisbo de ilusión...
Si echamos la vista adelante, aún se pone peor el panorama. ¿Qué espera a los pensionistas, a las familias sin ningún medio de subsistencia, a una juventud sin la más mínima esperanza? ¿Qué nos queda por ver y vivir tras este engaño de la globalización? ¿Qué motivos nos van a ofrecer para creer que hay vida después de la muerte del sistema?...
Este año empezamos con la nueva dictadura antitabaco; con una fuerte subida eléctrica que el ministro Sebastián dice con el cinismo más vergonzante que es equivalente al precio de un café; con la amenaza del cierre de más empresas; con la desaparición de la ayuda por natalidad...
Si seguimos agarrándonos a las tradiciones y nuestra cara la volvemos a Andalucía, con el eslogan de "imparable" con la que la adjetivó la Junta, el año 2010 ha sido para cerrar los ojos, tal como hace el propio Griñán: imparable en el lujo derrochado en San Telmo, imparable en la tasa de paro más alta de España, imparable en los chanchullos de latrocinio cometidos en Mercasevilla, en las mariscadas pantagruélicas de sus munícipes a cargo del erario público, imparable en pueblos arriados porque no se han cometido las obras de infraestructuras necesarias... Y dice el hombre -el tal Griñán- que Andalucía está preparada para acabar pronto con la crisis económica, cuando es incapaz -por ineficaz- de acabar con la salida de madre de un arroyo llamado Argamasilla...
Si echamos la vista adelante, aún se pone peor el panorama. ¿Qué espera a los pensionistas, a las familias sin ningún medio de subsistencia, a una juventud sin la más mínima esperanza? ¿Qué nos queda por ver y vivir tras este engaño de la globalización? ¿Qué motivos nos van a ofrecer para creer que hay vida después de la muerte del sistema?...
Este año empezamos con la nueva dictadura antitabaco; con una fuerte subida eléctrica que el ministro Sebastián dice con el cinismo más vergonzante que es equivalente al precio de un café; con la amenaza del cierre de más empresas; con la desaparición de la ayuda por natalidad...
Si seguimos agarrándonos a las tradiciones y nuestra cara la volvemos a Andalucía, con el eslogan de "imparable" con la que la adjetivó la Junta, el año 2010 ha sido para cerrar los ojos, tal como hace el propio Griñán: imparable en el lujo derrochado en San Telmo, imparable en la tasa de paro más alta de España, imparable en los chanchullos de latrocinio cometidos en Mercasevilla, en las mariscadas pantagruélicas de sus munícipes a cargo del erario público, imparable en pueblos arriados porque no se han cometido las obras de infraestructuras necesarias... Y dice el hombre -el tal Griñán- que Andalucía está preparada para acabar pronto con la crisis económica, cuando es incapaz -por ineficaz- de acabar con la salida de madre de un arroyo llamado Argamasilla...
Los políticos tienen miedo a perder las municipales y las autonómicas. A eso sí que le tienen miedo. Eso es lo que les importa. La crisis política -por su demostrada desvergüenza- es aún mayor, con serlo, y mucho, que la crisis económica. Griñán no tiene el agua al cuello por lo ocurrido en Écija -cinco vergonzosas veces arriada- y Lora, sino porque su partido puede perder las elecciones en este año que dicen que empieza hoy, que empezó ayer a las doce en punto de la noche, cuando yo creo que cada minuto nos nace un año nuevo en unas manos cada vez más pobres y necesitadas a las que no asiste el gobierno, que es el que tiene la obligación.
"...que quien llena de amores la mirada, siempre tendrá la vista iluminada..."
ResponderEliminarA pesar de todo, feliz año nuevo.
Esperemos que se nos ilumine la visión con nuevas esperanzas. Así lo deseo.
ResponderEliminarNada debe apartarnos de la realidad, ni el más bello poema de amor. La situación merece toda nuestra atención y ayuda; cada uno desde su parcela ha de procurar que no desemboque en algo que no seamos capaz de abarcar y dominar, siquiera para que la vida siga mereciendo la pena. Lo cortés ya sabemos lo que no nos debe quitar. Hay que ser valiente ante este panorama que de forma tan ajustada nos retrata Emilio con sus rebeldes palabras.
ResponderEliminarMe han hecho ser un rebelde, yo que era más "güeno" que un San Luis. Y es que esta gentuza, con sus mentiras, pone de mala leche a cualquiera.
ResponderEliminarDESPUES DE LEER EL ARTICULO ME PREGUNTO
ResponderEliminar¿QUIEN TIENE LA VERDAD Y LA INTEGRIDAD, DE LA REALIDAD PUBLICA, ECONOMICA Y POLITICA DE ANDALUCIA?
Me parece que estamos en un barco con un mal capitán y un negligente timonel, pero la tripulación tiene tanto miedo que nadie se amotina como en el "Caine".
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