Cuando los trianeros aún no hemos digerido las barbaridades que últimamente se han cometido en arrabal tan histórico y singular, cuando a la fuerza estamos soportando todos los atropellos que el ayuntamiento está dispensando a este barrio: cierre de comercios por culpa de una indebida peatonalización de su principal arteria; anulación de cientos de aparcamientos; dogal de entrada y salida a la ciudad; nula gestión de su Tenencia de Alcaldía en programaciones culturales y despreocupación para escuchar a las diversas asociaciones, amén de gastos suntuarios como el de la Cabalgata; falta de limpieza en sus calles, plazas y jardines; solares abandonados..., de nuevo viene a martillearnos, injustamente, cursando una orden de desalojo a Luis León, el de las célebres y entrañables calesitas de la Plaza de San Martín de Porres, tras más de 50 años manteniéndose en el mismo lugar. La excusa, después de pagar durante más de medio siglo el impuesto de erradicación y todos los demás con los que nos crujen para tapar la mala gestión económica municipal, es que dicha atracción, en la que se han subido tres generaciones de trianeros, carece de "concesión". ¿Puede esto entenderse a estas alturas? Y el añadido a la carencia de la concesión administrativa (?) es que el espacio que ocupa, junto al terreno colindante, se necesita para la creación de 15 plazas de aparcamiento. No tuvieron la misma vara de medir cuando, a causa de parte la peatonalización de San Jacinto y del estrechamiento de la otra parte para la colocación de un enorme carril bici, se cargaron de un plumazo todas las plazas de aparcamientos. Tampoco se culpan de la mala gestión administrativa del ayuntamiento que, en tantos años de mandato, no han realizado aparcamientos subtérraneos. Para hacer 15 plazas, hay que echar a quien lleva más de cinco décadas con su modesto negocio y que ha hecho feliz a miles y miles de chiquillos trianeros, unas calesitas que se erigen en "Patrimonio Material y Espiritual de Triana".
Pedirle a la delegada de la Tenencia de Alcaldía, Esther Gil, que se preocupe por el tema, es como predicar en el desierto. Parece que no está, que no existe. No recibe a las asociaciones, ni escucha las propuestas que se le hacen llegar. Con estos mimbres jamás se podrá hacer una canasta, y eso que es trianera de nacimiento y dice que se siente orgullosa de ser "alcaldesa" de su barrio. Ahora tiene un momento precioso y único para demostrarlo: hacer recapacitar a los compañeros de su Partido de la injusticia que se puede cometer, y lograr de que no se cometa. Mucho me temo que, una vez más -¿hasta cuándo?- la sinrazón va a prevalecer por encima de los intereses ciudadanos. ¡Cosas!
Pedirle a la delegada de la Tenencia de Alcaldía, Esther Gil, que se preocupe por el tema, es como predicar en el desierto. Parece que no está, que no existe. No recibe a las asociaciones, ni escucha las propuestas que se le hacen llegar. Con estos mimbres jamás se podrá hacer una canasta, y eso que es trianera de nacimiento y dice que se siente orgullosa de ser "alcaldesa" de su barrio. Ahora tiene un momento precioso y único para demostrarlo: hacer recapacitar a los compañeros de su Partido de la injusticia que se puede cometer, y lograr de que no se cometa. Mucho me temo que, una vez más -¿hasta cuándo?- la sinrazón va a prevalecer por encima de los intereses ciudadanos. ¡Cosas!
Luis León, con su mujer e hijo, en el homenaje que
le rindieron los trianeros el pasado 19 de noviembre
No harían falta estos mosqueos si tuviéramos un (o una) representante municipal como el dios de la justicia manda, o un director de distrito que justificara su cargo y su sobre, o un subdirector de distrito que levantara la mano para que lo conozcamos, al menos... Pero si esto ocurriera sería por un milagro de la Providencia. Así que no nos queda otra, Emilio.
ResponderEliminarEstá demostrado que nos faltan personas trabajadoras en la Tenencia que se preocupen por el barrio. Veremos qué pasa cuando vengan a pedir los votos. Ese sería el momento de demostrarles nuestro descontento.
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