Lean y opinen sobre esta noticia que anteayer publicó el diario ABC de Sevilla sobre el tema de un atropello mortal ocurrido hace unos días:
La Fiscalía imputa un delito de omisión del deber de socorro, otro de homicidio por imprudencia, un delito por conducción temeraria y un último delito por conducir bajo los efectos del alcohol
abc / sevilla
Día 26/01/2011
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Coria del Río (Sevilla) ha dejado en libertad con cargos al conductor, identificado como J. M. S. M. , de 50 años de edad y vecino de la localidad sevillana de La Puebla del Río, que se dio a la fuga tras atropellar mortalmente a un varón de 32 años este domingo en una rotonda de la carretera A-8058, en el término municipal de Coria del Río, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.
En este sentido, las mismas fuentes han precisado que, tras ser puesto a disposición judicial a lo largo de la jornada de este miércoles, el juez ha dejado en libertad con cargos a este individuo, a quien la Fiscalía imputa un delito de omisión del deber de socorro, otro de homicidio por imprudencia, un delito por conducción temeraria y un último delito por conducir bajo los efectos del alcohol, pues, según las fuentes consultadas por Europa Press, varios testigos manifestaron que el detenido consumió "bastante" cantidad de alcohol antes de coger el coche.
El supuesto autor de los hechos fue detenido este lunes tras entregarse a la Guardia Civil, que no obstante ya tenía localizado el vehículo implicado en los hechos, un todoterreno, tras analizar los restos encontrados en la zona. Además, encontró restos orgánicos en la carrocería del coche.
La investigación ha estado liderada por agentes del Equipo de Atestados de Tráfico de la Guardia Civil de San Juan de Aznalfarache y del Grupo de Informes y Apoyo de Tráfico (GIAT). En el momento de la detención, el hombre implicado en este atropello mortal reconoció que el vehículo tenía un golpe aunque alegó que no sabía cómo se había producido el mismo. La Guardia Civil le imputó inicialmente un supuesto delito de homicidio por imprudencia y otro de omisión del deber de socorro.
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El titular que abre nuestra página, es una frase antigua que hablaba de la hospitalidad que los clanes gitanos utreranos ofrecían a aquellos de su raza que tenían alguna causa pendiente con la Ley, escondiéndolos en sitio seguro. Hoy, tal como están las cosas judiciales no hace falta buscar tal amparo, no es necesario. Matas a cualquiera porque estás de alcohol hasta la corcha, y a lo mejor ni tienes carnet de conducir, ni seguro de cobertura civil, ni has sido lo suficientemente hombre para quedarte en el lugar y socorrer a la víctima, y ¿para qué te vas a ir a Utrera, a Francia o a China, con el frío que hace? Te quedas en tu casa tan tranquilo, pasas la resaca, la Guardia Civil te lleva ante el juez y éste, como el atropellado no ha sido un hijo suyo, o un familiar, te toma declaración y te deja libre con cargos, pero libre, para que entonces sí que te puedas irte a Utrera o a Filadelfia.
Te pueden poner una multa de hasta 100.000 euros por fumar en espacios públicos cerrados, aunque sea tu propio despacho y nadie entre ni salga de él, pero puedes matar a cualquiera por ir de cubatas hasta las trancas con la conciencia tranquila de que nada te va a pasar. Si acaso tienes duda, tiras para Coria del Río, que no veas el pedazo de juez que tienen los corianos. Y aquí paz y después gloria.
Me parece que fue el antiguo alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, quien en una ocasión, hace ya tiempo dijo aquello de que "La justicia es un cachondeo", y casi lo cuelga la judicatura. Yo no soy nadie para juzgar a una persona que comete un delito, pero no me parece cachondeo, sino algo tristísimo, lo que día a día, como todos ustedes, estoy viendo en la televisión o leyendo en la prensa: la distinta vara de medir que emplea la Ley según pueblos, ciudades y comunidades, o según el juez que te toque. Y si hablamos de la clase política, no digamos. El silencio se impone casi por norma. Son muchísimos los políticos que nos toman el pelo y que del erario público han hecho una caja personal. Salen en los telediarios, en las páginas políticas de los diarios, en los programas de la radio. ¿Pero cuántos se sientan en el banquillo? Es más, se amparan entre ellos, como está pasando con el caso de Manuel Chaves. ¡Justicia, señor, pero por mi casa no! Y así, así, no hay un sólo día que no salga por ahí algún alcalde, presidente de comunidad o algún alto cargo de cualquier partido que no esté acusado de malversación, cohecho o facturas falsas. ¿Han visto a muchos en la cárcel? ¿Creen que entrarán mientras los poderes fácticos estén ahí velando por ellos?
Las cárceles están llenas de desgraciados que se han metido en el pozo de las drogas. Los de guante blanco siguen en sus puestos ¡y cuidadín con tocarlos! En esta ocasión, por una borrachera inmunda, un hombre deja muerto en la cuneta a otro, quitándole la vida con 32 años y destrozando a toda una familia, se da a la fuga, lo cogen, y un juez le da la libertad. ¿Y los eximentes? ¡Ah, es verdad, los eximentes, los abogados, las historias y la madre que me parió...!
Parece un culebrón lo que está pasando con el caso de Marta del Castillo. Unos niñatos (espero que no me metan el la cárcel por esta calificación), se han reído y se están ríendo a mandíbula batiente de la justicia -siempre tan seria-, de la policía, y de una familia que no sé como tiene ánimo y aguante para mantenerse aún en pie después de dos años de una terrible odisea. Llevan meses que si tribunal popular o no, que si careo o no careo, que si... Y todo el mundo, no sólo los padres, desamparados ante lo que estamos contemplando. Desesparados ante tantas parodias que pasan ante nuestros ojos. Rezando para que nunca nos toque a nosotros. ¡Señor, si es posible, aparta de mí este cáliz! Dándonos vergüenza de una Ley que hay que renovar desde sus cimientos. ¡Qué trabajito cuesta en este país modificar las normas que se han quedado obsoletas! Vivimos en el siglo XXI y algunas veces nos da la sensación de que estamos en la Edad Media, en las leyes y en muchas cosas más. "Dura lex, sed lex". Dura es la ley, pero es ley. Lo que hace falta es que se cumpla. Ah, y con la misma vara de medir.
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