
Por desgracia en todas las ciudades
hay barriadas que están en las afueras
adonde envían a gentes marginales
cual leprosos que hay que apartar de cerca.
Por desgracia en todas las ciudades
hay lejíos donde tan sólo habita la miseria,
donde la muerte se encuentra con la droga
que ronda en soportales y en aceras.
Por desgracia en todas las ciudades
a estas personas se les desheredan,
se les desprotegen, se les ignoran,
cual si fueran muy malas, malas yerbas.
Por desgracia en todas las ciudades
se les dan pisos en zonas periféricas,
para que no nos ensucien con su tacto,
ni sus alientos de orfandad nos hieran.
Por desgracia en todas las ciudades,
cuando se dan los pisos sus vidas no son nuestras,
es un cáncer que nos hemos extirpado
haciendo una falsa caridad por nuestra cuenta.
Por suerte en todas las ciudades
hay policías que por nosotros velan,
pero ellos no, no hay ángel de la guarda
para cuidar sus vidas y su hacienda.
Por desgracia, en Córdoba tenemos
una guerra civil en Las Palmeras
donde nadie aparece para echar una mano,
ni los ediles para arreglar problemas.
Cual Pilatos, las administraciones
se lavan con el agua sus conciencias
y entregan a unos cientos de vecinos
a la ley del más fuerte, al que más pega.
Si pasan, que no sé, por esos barrios,
es cuando las elecciones están cerca,
y les prometen el rollo que no cumplen
cuando las urnas dan cierta la pelea.
Animo a José Soler, quien resignado comenta
que son muchas las familias que quieren huir de la guerra,
y vivir tan dignamente como la hace cualquiera,
mientras grita, y no se calla, de ese barrio las carencias.
Admiro a José Soler por denunciar a alta voz
que nadie, que nadie, nadie, les echa ni puta cuenta,
ni la parte comunista, ni la del PSOE obrera,
ni la parte del PP, tan clásica y de derechas.
Lo primero que hay que hacer es sentarse a hacer las cuentas,
a charlar con los vecinos de estas “Palmeras” enfermas
y de buscar soluciones con dos cojones al tema
si es que políticos son aquellos que nos gobiernan.
Arreglen de nuevo el barrio, pónganlo de pura crema,
que el proyecto “Don Juan Bosco” en su esperanza se crezca,
y que haya una policía preventiva, día y noche,
en donde habita la droga, la miseria y la tristeza.
Los políticos ahí tienen dónde trabajar de veras,
y seguro que le aplauden desde la radio a la prensa,
y todos los cordobeses que sentimos la vergüenza
de tener a unos paisanos viviendo entre tanta mierda.
Aquellos que piden votos, antes de pedir que aprendan
a cuidar de los más pobres, como hace Asunción Tavera
distrayendo a los niños, dándoles cariño a ciegas
sin pensar lograr con ello algún día una recompensa.
La exclusión social y el paro son cosas bastante serias
que conducen a la droga, a navajas y a peleas,
a degradación constante, a violencia callejera.
Mas ninguna autoridad parece que se dé cuenta.
Si yo fuera gobernante, subdelegado, alcaldesa,
edil del ayuntamiento o cualquier cargo que fuera,
antes de ir a ningún lado, representaciones, cenas…,
me iría derecho derecho camino de Las Palmeras
a solucionar sus cosas, ver sus problemas de cerca,
arreglando con las manos todo cuanto arreglar pueda,
sin caridades, sin bombo, sin fotógrafo a mi vera,
cumpliendo la obligación del puesto que me lo ordena.
Pero eso es muy difícil que se cumpla y yo lo vea.
Salir en las fotos: todos, mejor a portada entera,
inaugurando las cosas que bien merecen la pena.
¿Mas dónde estará ese barrio que le dicen Las Palmeras?
hay barriadas que están en las afueras
adonde envían a gentes marginales
cual leprosos que hay que apartar de cerca.
Por desgracia en todas las ciudades
hay lejíos donde tan sólo habita la miseria,
donde la muerte se encuentra con la droga
que ronda en soportales y en aceras.
Por desgracia en todas las ciudades
a estas personas se les desheredan,
se les desprotegen, se les ignoran,
cual si fueran muy malas, malas yerbas.
Por desgracia en todas las ciudades
se les dan pisos en zonas periféricas,
para que no nos ensucien con su tacto,
ni sus alientos de orfandad nos hieran.
Por desgracia en todas las ciudades,
cuando se dan los pisos sus vidas no son nuestras,
es un cáncer que nos hemos extirpado
haciendo una falsa caridad por nuestra cuenta.
Por suerte en todas las ciudades
hay policías que por nosotros velan,
pero ellos no, no hay ángel de la guarda
para cuidar sus vidas y su hacienda.
Por desgracia, en Córdoba tenemos
una guerra civil en Las Palmeras
donde nadie aparece para echar una mano,
ni los ediles para arreglar problemas.
Cual Pilatos, las administraciones
se lavan con el agua sus conciencias
y entregan a unos cientos de vecinos
a la ley del más fuerte, al que más pega.
Si pasan, que no sé, por esos barrios,
es cuando las elecciones están cerca,
y les prometen el rollo que no cumplen
cuando las urnas dan cierta la pelea.
Animo a José Soler, quien resignado comenta
que son muchas las familias que quieren huir de la guerra,
y vivir tan dignamente como la hace cualquiera,
mientras grita, y no se calla, de ese barrio las carencias.
Admiro a José Soler por denunciar a alta voz
que nadie, que nadie, nadie, les echa ni puta cuenta,
ni la parte comunista, ni la del PSOE obrera,
ni la parte del PP, tan clásica y de derechas.
Lo primero que hay que hacer es sentarse a hacer las cuentas,
a charlar con los vecinos de estas “Palmeras” enfermas
y de buscar soluciones con dos cojones al tema
si es que políticos son aquellos que nos gobiernan.
Arreglen de nuevo el barrio, pónganlo de pura crema,
que el proyecto “Don Juan Bosco” en su esperanza se crezca,
y que haya una policía preventiva, día y noche,
en donde habita la droga, la miseria y la tristeza.
Los políticos ahí tienen dónde trabajar de veras,
y seguro que le aplauden desde la radio a la prensa,
y todos los cordobeses que sentimos la vergüenza
de tener a unos paisanos viviendo entre tanta mierda.
Aquellos que piden votos, antes de pedir que aprendan
a cuidar de los más pobres, como hace Asunción Tavera
distrayendo a los niños, dándoles cariño a ciegas
sin pensar lograr con ello algún día una recompensa.
La exclusión social y el paro son cosas bastante serias
que conducen a la droga, a navajas y a peleas,
a degradación constante, a violencia callejera.
Mas ninguna autoridad parece que se dé cuenta.
Si yo fuera gobernante, subdelegado, alcaldesa,
edil del ayuntamiento o cualquier cargo que fuera,
antes de ir a ningún lado, representaciones, cenas…,
me iría derecho derecho camino de Las Palmeras
a solucionar sus cosas, ver sus problemas de cerca,
arreglando con las manos todo cuanto arreglar pueda,
sin caridades, sin bombo, sin fotógrafo a mi vera,
cumpliendo la obligación del puesto que me lo ordena.
Pero eso es muy difícil que se cumpla y yo lo vea.
Salir en las fotos: todos, mejor a portada entera,
inaugurando las cosas que bien merecen la pena.
¿Mas dónde estará ese barrio que le dicen Las Palmeras?
sinceramente esto deberia ser delito,si,si..señor Emilio Jimenez Diaz,vaya forma de descriminar y de anulamiento de las personas que vivimos en las palmeras,de verdad cree usted eso de nosotros?,por que si es asi es para denuciar esto al juzgado,yo como ciudadano de las palmeras me gano la vida trabajando como cualquier persona y no creo que me merezca esa descripcion a mi persona por simplemente ser de las Palmeras,sinceramente le digo que aqui en el barrio lo unico que nos salva es no tener gente como usted,por favor olvidenos,gracias.
ResponderEliminarbuenas noches,srº jimenez
ResponderEliminarreal mente me quede impactado por sus duras criticas,y senofogas ,palabras cuando habla de mi barrio.
en mi barrio srº jimenez haber hay de todo,como en su especie .que por lo que veo,son muy bajos, también,no critique a todos y sea una persona humilde y sana.le ira mejor la vida,gracias y que dios le ayude y le de mucha salud.
ui,ui señor soler me parece ke usted es un pokito racista xenofogo y algo mas ,no se caeria usted de los brazos de franco ?.de buenas ganas lo pondria como un trapo bueno como lo ke es, son dolorosos estos comentarios ke hace usted sobre el barrio pues si no esta usted agusto marchase marchese señor soler............
ResponderEliminarCreo que han leído ustedes mal este poema macarrónico de la serie que hice en la COPE. El poema es una defensa de ustedes, los habitantes del barrio. Si lo leen atentamente, verán que lo que promulgo es que Las Palmeras sea un barrio como los demás de la ciudad, y que las autoridades competentes se empleen en él sin mirar para otro lado. Estoy seguro que no me han entendido y que me han insultado, ustedes sí, gratuitamente. En el poema que ustedes no han sabido leer, he pedido mayor atención por parte del ayuntamiento. ¡Eso es todo!
ResponderEliminar