lunes, 27 de diciembre de 2010

BUENOS DÍAS, SEÑORA ALCALDESA: LA GLORIETA DE IBN ZAYDUN

(Glorieta nueva)

Esta es una glorieta, dedicada al poeta Ibn Zaydun, situada en un sitio estratégico, en la confluencia de varias avenidas de las más importantes de Córdoba: Medina Azahara, Arroyo del Moro, Gran Vía Parque, avenida de América y Periodista Quesada Chacón (donde todos ustedes tienen su casa). Estaba tan mal diseñada que raro era el día que no volcaba un camión, amén de los accidentes que ocurrían por su inclinación y por la pésima señalización. Yo vivo a 30 metros de ella, y por lo tanto era el mejor notario de lo que en ella ocurría. Aunque las obras han durado muchísimos años, hoy ha quedado perfecta, pero en el año 2000 estaba como cuento en este poema macarrónico que le envié a doña Rosa por las ondas.


¿Quién diseñó la glorieta
que Ibn Zaydun se denomina?
¿Algún loco de remate?
¿Alguna mente asesina?
¿Algún ingeniero en paro?
¿Un nervioso botarate?
¿Un homicida muy raro?
¿Un financiero en ruinas?

Dos mil sustos a diario
se dan en la confluencia,
unos por falta de nervios
y, otros, por la paciencia.
Y es que la circunferencia
tiene tela del telón.
¿Quién sería el ingeniero
con tanto gusto al roscón?

De Periodista Quesada
Chacón todo desemboca,
de Vía Parque su Avenida,
de Medina Azahara toca
un aluvión que provoca
paradas interminables,
diez litros de gasolina
para un tramo miserable.

Y del Arroyo del Moro,
pasando el puente del AVE,
de coches llega un tesoro
que ya nadie contar sabe.
Es el asunto tan grave,
que sería muy loable
que alguien arreglara esta
plazoleta detestable.

Porque ya, al fin, cuando alcanzas
la tan anhelada glorieta,
y te atreves a pasar,
te mandan a hacer puñetas
coches, motos, furgonetas
que corren más que una flecha
antes que algunos, más listos,
te pasen por la derecha.

No tiene nombre, señora,
esta plaza de Ibn Zaydun,
esta fábrica de tortas
que nos produce inquietud
gracias a la ineptitud
de la nueva ingeniería
que produce una docena
de accidentes cada día.

Quisiera saber su nombre
para alabar su destreza
y pegarle –si se deja-
seis palos en la cabeza.
Porque, señora alcaldesa,
la glorieta, y se lo juro,
está hecha a mala leche
para que pague el seguro.

¿Quién decoró la glorieta
de árboles desvalida?
¿Quién la llenó de chinarros
con figura indefinida?
¿Quién la hizo alicaída,
desde el pobre nacimiento,
que ni humildes jaramagos
jalonan de amor su centro?

Los semáforos no valen,
los ceda el paso tampoco;
lo único, las ambulancias
cuando te rompes el coco.
Y, señora, es que es de loco
haber hecho este irrisorio
círculo, que sólo sirve
para ir al tanatorio.

Está inclinada, mal hecha,
padece una enfermedad;
si los camiones vuelcan
es que digo la verdad.
Tiene la especialidad
de que no gusta a ninguno,
aunque a destajo trabaja
el cero sesenta y uno.

¿Quién diseñó tan vil rueda?
¿Quién diseñó aquesta broma
para que el que cae sea en coma?
¿Qué mente fraguó este embrollo?
¿A quién Córdoba un diploma
debe entregar con orgullo
por habernos hecho un rollo?

¡Seguro que fue un capullo!

2 comentarios:

  1. Qué bien me suena al leguaje de "Er 77"...

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  2. Tiene un poco de todo. Los versos macarrónicos son apasionantes y no tan fáciles de hacer como se cree la gente.

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