martes, 28 de diciembre de 2010

BUENOS DÍAS, SEÑORA ALCALDESA: LA AVENIDA MEDINA AZAHARA


Estoy muy molesto
como un filosófico
en esta jauría
de sones acústicos
y tan puntiagudo
como el arte gótico.
Esto es Babilonia
y yo un babilónico.

Hoy estoy agónico
y muy atormentado
que en trescientos metros
casi me da un cólico,
que en Medina Azahara
la circulación
es decimonónica.
¡Palabra de honor!

Es fantasmagórico
que en trescientos metros
me cambie hasta el parte
meteorológico.
Es inconcebible
y antiteórico
que en trescientos metros
me lea seis periódicos.

En esta avenida
de cuatro carriles,
que se queda en uno
-tal cual un desfile-
te pega un agónico
meneo de pecho
y no es metafórico
que te quedas tieso.

¿Dónde están los guardias,
siempre tan despóticos,
de uniforme exóticos?
¿Dónde están los guardias
serios y lacónicos?
¿Dónde los agentes
que pagan y pagan
los contribuyentes?

Señora alcaldesa:
haga usted lo lógico,
coja usted su coche,
métase en el trópico,
y cuando no avance
-porque el mal es crónico-,
aguante y aguante
el parón diabólico.

¿Es que es tan difícil
la circulación?
Pues le digo irónico
y a un precio módico,
con educación,
que si usted no arregla
lo de esta avenida
es que Izquierda Unida,
por mucho que quiera
Córdoba arreglar,
se va a hacer puñetas.
Lo dice un poeta,
tal vez macarrónico,
que a sus pies está.

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