sábado, 6 de noviembre de 2010

POR DISTINTOS CAMINOS (45)


Ni ferrys para ir a las islas de Lantau, Chunng Chau o Lamma;
ni maxicabs para ir de compras a Tsim Sha Tsui East;
ni los viejos tranvías para acercarse a Shau Kei Wan;
ni el centenario funicular, el Peak Tram, para divisar a cuatrocientos
metros de altura el ajetreado puerto de la ciudad abigarrada.

Por la estación del Star Ferry, lo ideal es montarse en los rickshaws,
aunque estos pobres viejos ya no están para el trote de un largo paseo
y prefieren conformarse, y conformar al turista,
con posar para una foto a cambio de una abundante propina.

Corrió como una gacela
y hoy, ya viejo, se entretiene
en recordar viejas huellas
que fue dejando en las calles
del Hong-Kong de su nacencia.

Hoy, cansado, ya se sienta
sobre la reliquia roja
que volara con sus piernas.

Hoy mira y no sabe adónde,
si al pasado o a la pena
del interior de su alma
que cubre la camiseta.

Ayer, era lento el viento
comparado a su carrera,
y hoy el viento lo ha frenado
en el andén de una acera.

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