jueves, 18 de noviembre de 2010

POEMAS DEL ALMA: JUAN CERVERA SANCHÍS (6)


EL CANTO


Tengo alma y corazón de ruiseñor,
si intuyo que me escuchan
mi garganta enmudece
y dejo de cantar.
No persigo el aplauso ni el elogio.
Canto sencillamente
por el sencillo gusto de cantar
y compartir mi canto
con Dios, debo estar loco,
en quien creo por encima
de ateos y creyentes.
Dios se siente, es presencia,
y es todo, todo, todo.
No es cuestión de eruditos y teólogos.
No es cuestión de científicos ni sabios.
Dios, Dios, lo que se dice Dios,
en realidad es algo tan sencillo
como un niño y no hay más que explicar.
Dios es viva presencia. Dios es presencia viva.
Y ya está. Así ni más ni menos.
Yo lo siento, yo siento a Dios,
y basta, en todo cuanto vive y cuanto muere,
pues cuanto muere y vive
es presencia y acción de Dios,
y así en el canto, que no es cuento o discurso,
sermón o cantinela.
En el canto, en el canto está Dios.
Que está Dios en el canto.
Por favor, adivina de que estamos hablando.
Adivina, adivina y goza y canta
y calla y calla y ama, cantando y sin cantar
como el ruiseñor canta y canta
cuando nadie lo escucha,
cuando lo escucha Dios y con Él canta a dúo,
que el canto verdadero,
que el verdadero canto, no es cuestión
de comercio, de pitos y de flautas,
de ego y vanagloria
y mucho y mucho menos de dinero.


México D. F. 27 de septiembre de 2010

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