jueves, 11 de noviembre de 2010

DESDE MI TORRE: EL DÍA MÁS FELIZ DEL AÑO


Ya falta menos de un mes para que mi mujer y yo pasemos el día más feliz del año junto a nuestros dos nietos mayores, el más esperado de cuantos van pasando por el calendario. El día de la Inmaculada es nuestro día grande, cuando rejuvenecemos y nos convertimos en niños al latido de ellos. A las once en punto, el AVE nos ha acercado de Córdoba a Sevilla, y allí al final del "tapirulán" nuestros nietos nos esperan, con los brazos alzados y las sonrisas frescas, para fundirnos con ellos en un abrazo común.

A la orden de: -¡Padres, fuera!, ya los niños nos pertenecen hasta las cinco de la tarde. De Santa Justa al Prado en busca del tranvía. Nos apeamos en la Lonja y comienzan a vivir con el mercado de la Navidad, donde siempre les compramos lo que quieren para su Belén: una oveja, un romano, un pastor... De allí, con las bolsitas de las ilusiones, la visita obligada a la catedral en la que abren sus ojos como almendras embobándose ambos con la magnificencia del templo, con la gran Custodia, con la Virgen de los Reyes, con el coro de voces y la música del órgano que truena en las bóvedas. Y como bien dice el refrán de que "al arbolito desde chiquitito", un paseo por la exposición de pintura programada de la Diputación y un paseo por el Alcázar, la visita a los belenes, la participación en las muchas actividades lúdicas que se dan ese día por el centro, y una parada obligada en "La Alicantina" para que prueben la exquisita ensaladilla y le den buena cuenta a una ración de gambas. Un empujoncito más y a la Feria del Libro Infantil y Juvenil de la Plaza Nueva para que elijan cada uno el libro que quieran y se acostumbren al placer de la lectura. Y de allí a tomar una tapita en "El Portón" y almozar en la tabernita Góngora. ¡Qué gran placer! ¡Qué hermoso día!

Cuando vienen los padres a recogerlos y nos fundimos en el último abrazo del día, los niños van repletos de regalos y de sonrisas, y a nosotros nos brota una húmeda lágrima con sabor a gozo.

La abuela y yo ya contamos los días que faltan para vivir la jornada más feliz de un año que se nos hace demasiado largo.

4 comentarios:

  1. Me alegro mucho de este hermoso día y deseo que lo viváis los dos y vuestros nietos durante muchos, muchísimos, muchisísimos, años.

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  2. Ojalá que así sea. Este día no lo cambiamos ni por el día de Reyes. Éste es más puro y más entrañable.

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  3. ¡ Ya queda menos para el gran día !
    ¡ Disfrútenlo y saboreénlo !

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  4. Emilio Jiménez Díaz11 de noviembre de 2010, 18:12

    Cuento los días con una ilusión desbordante. Los veo muchísimas veces al año, pero este día...

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