
Quizás por estos claustros, allá por el XVI, dejara sus santas huellas la mística Teresa
y en ellos se quedasen, ancladas para siempre, las voces santas de
Pedro de Alcántara, Francisco de Borja y Juan de Ávila...
Castillo interior del alma.
Las moradas por donde andaba Teresa
mirándole a Dios la cara.
Siglo de Oro en la pluma
más santa y carmelitana.
Como torre de la fe
Pedro de Alcántara, Francisco de Borja y Juan de Ávila...
Castillo interior del alma.
Las moradas por donde andaba Teresa
mirándole a Dios la cara.
Siglo de Oro en la pluma
más santa y carmelitana.
Como torre de la fe
se alza -sobria y firme- Ávila.
Resultan sorprendentes estos textos. Me parecen de un acierto absoluto.
ResponderEliminarSon temas entrañables, sencillos, sin otra pretensión que ilustrar las hermosas imágenes de Alejandro Velasco.
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