lunes, 5 de julio de 2010

PAULINO GONZÁLEZ JIMÉNEZ: NAVES EN LA ORILLA

NAVES EN LA ORILLA


Un día porque sí quemé las naves
en la orilla del tiempo caprichoso.
La brisa se hizo viento impetuoso
que puso freno al vuelo de las aves,

trajo ceniza en sus aullidos graves
y hasta mis labios secos un sollozo.
En la orilla del tiempo al mar brioso
llorando a mares yo tiré las llaves.

Al momento no fui dueño de nada
ni en vela, ni despierto, ni dormido,
ni todopoderoso, ni maltrecho.

...Y en la orilla del tiempo -encrucijada-
me quedé sin aliento, sin latido,
sin corazón, sin barcos y sin techo.

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