JUEGO
Y es que al final de nada importa nada,
ni la espantosa sed que lleva el río,
ni el sueño que se trueca en desvarío,
Y es que al final de nada importa nada,
ni la espantosa sed que lleva el río,
ni el sueño que se trueca en desvarío,
ni si muerte por vida nos va dada.
El silencio pende como una espada
junto a la voz del reto y desafío
y el azar entre el fuego y entre el frío
bascula del incendio a la nevada.
Y es que a triunfar o no todos jugamos
y un cara-cruz nos brinda iguales partes
de ilusión, de bostezo o de amargura
porque al final de cuentas nos dejamos
contra las buenas o las malas artes
más de lo que el de enfrente se figura.
El silencio pende como una espada
junto a la voz del reto y desafío
y el azar entre el fuego y entre el frío
bascula del incendio a la nevada.
Y es que a triunfar o no todos jugamos
y un cara-cruz nos brinda iguales partes
de ilusión, de bostezo o de amargura
porque al final de cuentas nos dejamos
contra las buenas o las malas artes
más de lo que el de enfrente se figura.
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